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Marcos 4-5: Buenas semillas y buena tierra

Jesús es un gran contador de historias. En Marcos 4 y 5, relata parábolas- , historias que enseñan una lección. La primera nos ayuda a contestar dos preguntas importantes: ¿Qué es la Biblia? y ¿por qué debemos leerla?

Comencemos en Marcos capítulo 4, verso 3 al 9:

«¡Pongan atención! Un sembrador salió a sembrar. Sucedió que al esparcir él la semilla, una parte cayó junto al camino, y llegaron los pájaros y se la comieron. Otra parte cayó en terreno pedregoso, sin mucha tierra. Esa semilla brotó pronto porque la tierra no era profunda; pero, cuando salió el sol, las plantas se marchitaron y, por no tener raíz, se secaron. Otra parte de la semilla cayó entre espinos, que, al crecer, la ahogaron, de modo que no dio fruto. Pero otras semillas cayeron en buen terreno. Brotaron, crecieron y produjeron una cosecha que rindió el treinta, el sesenta y hasta el ciento por uno".

"Y añadió Jesús: El que tenga oídos para oír, que oiga".

Esta es es una historia de agricultura. Un granjero está plantando semillas; algunas semillas crecen y otras no, dependiendo del suelo. No es demasiado emocionante, pero Jesús nos da la clave en el verso 14:

«El sembrador es el que siembra la palabra»

"Este es el significado de la parábola: La semilla es la palabra de Dios.".

Jesús compara la Palabra de Dios con una semilla. Piensa en las semillas. No hay mucho que ver. La fruta es mucho más interesante. Pero la semilla dentro, esa pequeña mancha sin pretensiones, ha escondido dentro de ella todos los planos y las herramientas de construcción necesarias para ser un arbusto, planta o árbol completo, desde las raíces hasta las ramas y la fruta. Una semilla es asombrosa: la entierras y crea vida. 

Jesús nos dice: La Palabra de Dios es una semilla. Puede que no se parezca mucho, pero los planos de la vida están allí. Todo lo que necesita es una buena tierra.

La Biblia es más que un libro. En realidad son 66 libros. Pero mucho más que eso, la Biblia es la Palabra de Dios. 2 Timoteo dice: 

"Toda la Escritura es inspirada por Dios». (2 Tim 3:16). 

Eso significa que la Biblia es la Palabra de Dios. 

Así que, si la Palabra es una semilla, entonces, ¿qué es la tierra?. Eso nos lleva de vuelta a la parábola.

Jesús explica que la tierra son aquellos que la escuchan. La tierra somos tú y yo. Son nuestros corazones. Y hay cuatro clases de tierra, cuatro corazones diferentes cuando se trata de oír la Palabra de Dios.

Algunos corazones son tan duros como los caminos de piedra. La Palabra golpea pero no penetra. Otros como la tierra rocosa. Tiene poca tierra suelta y las semillas crecen un poco, pero las raíces no pueden tener profundidad. Cuando surgen problemas, abandonan la fe. Otros son como tierra de espinas y malas hierbas, así que son atrapados por los placeres y las preocupaciones de la vida. No hay lugar para que la fe crezca. Pero, también hay otros corazones que... Bueno, ¿has visto los campos de tierra que se convierten en jardines? Asombroso.

Entonces, ¿cómo puedes asegurarte de que tu corazón es la clase de tierra que permite el crecimiento? Para encontrarlo, lee Marcos 4. Recuerda, el poder que tiene la Palabra de Dios, no las mias. Estoy aquí para que comiences, pero mi objetivo real es que abras la Biblia y la leas por ti mismo.

Mi deseo es que obtengas un buen hábito de leer la Biblia. Esa es una parte esencial de seguir a Jesús. Lee la Biblia diariamente. Planta buenas semillas en buena tierra y cultiva buenos frutos.

Lee Marcos 4 y 5 y considera qué tipo de tierra quieres ser. Si tienes tiempo, lee los capítulos completos, y sigue a Jesús cuando nos cuenta Sus asombrosas historias. Mira cómo le habla a una gran tormenta y esta se calma, cómo echa afuera demonios, sana enfermos e inclusive cómo levanta a los muertos a la vida nuevamente. Todo eso con el poder de Su Palabra. Si las palabras de Jesús pueden hacer todo eso, imagínate lo que puede hacer en tu vida. Todo lo que necesitas - es buena tierra.

Reflexiona:

• ¿Por qué crees que Jesús representa la Palabra de Dios como una semilla? ¿Qué similaridad hay?


• Si la tierra representa tu corazón, ¿qué puedes hacer para asegurarte de que la Palabra será plantada en una buena tierra y tendrá el espacio necesario para crecer y dar fruto?


• ¿Has visto cómo la Palabra de Dios te ha afectado a ti y a otras personas en tu vida? Comparte tu historia.