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Renunciando a lo material

En una época me gustaban demasiado las cosas, especialmente la ropa. Montones de descuentos, ropa y zapatos anticipaban mi próxima compra, yendo tras el anhelo de vestir lo que otros tenían. Con el tiempo me di cuenta que todas estas cosas estaban apilándose tan alto lo suficiente para ensombrecer mi adoración diaria a Dios.

Romanos 12:1 en la versión The Message dice: "Toma tu vida diaria: tu dormir, tu comer, tu trabajo y tu caminar en la vida, y ponlo delante de Dios como una ofrenda".

Así que, hice un experimento: ¡Dejé de comprar ropa y zapatos por un año!

Jesús nos habla continuamente sobre nuestra relación con lo material. En Lucas 12, Él lo dijo bastante claro.

“»¡Tengan cuidado! —advirtió a la gente—. Absténganse de toda avaricia; la vida de una persona no depende de la abundancia de sus bienes»” Lucas 12:15 NVI.

Yo aprendí mucho en un año. Me di cuenta que lo material no era una carga solamente para mí. Al trabajar para el ministerio internacional "Tearfund", pude ver cómo la producción industrial de mis cosas, especialmente alguno de los negocios, pueden crear cargas para mis vecinos globales. Y mientras aprendía más sobre cómo estos hermanos y hermanas trabajaron tanto con tan poco, mi exceso parecía fuera de control.

Mientras mi deseo por lo material se redujo, mi deseo por Dios creció. Yo pensé que seguiría con nada, pero Dios me dio mucho más. No ese "más" que se acumula, sino ese "más" que te hace libre.

Hoy, volví a comprar ropa, pero estoy más balanceada. Estoy más agradecida. Aprecio más la belleza y la calidad. Gasto menos e intento valorar a la persona que creó mis cosas a través de lo que compro. Mis armarios están más vacíos, pero mi vida está más llena. Aun así, lo mejor de renunciar a lo material, es el espacio que queda en la vida para adorar al mejor Creador de todos.

Sarah, liberándome de lo material

Ora:Dios, ¿He permitido de alguna manera que lo material se interponga en mi amar diario hacia Ti y hacia los demás?