Portadores De EsperanzaMuestra

«Para todos»

Hay personas que se maravillan de nuestra esperanza. En este mundo tan incierto, es nuestra esperanza en Jesús la que nos sostiene firmes. Es como la hierba que crece junto a la acera que se niega a morir. Ésta aunque se arranque, ¡volverá a brotar! No hay herbicida que la destruya; ni capa de concreto que la ahogue. Con el tiempo saldrá de alguna grieta y supera las circunstancias adversas que amenazaron con erradicarla. 

Hay personas sufriendo en el mundo que anhelan la esperanza que nosotros tenemos. El mundo tiene sed de conocer algo más que sus ojos físicos no pueden ver. Dios ha creado un vacío en cada ser humano que sólo Él puede llenar —un deseo de conocer a Dios. Todos necesitamos de Dios. Su sacrificio vicario incluye a toda la raza humana. La muerte y resurrección de Cristo fue para todos, y nosotros lo sabemos por la esperanza que ha sido depositada en nuestros corazones. Usted y yo podemos compartir esperanza con aquellos que carecen de ella, para que Jesús deposite en ellos la garantía de Sus promesas. 

La esperanza que tenemos aunada a la fe y se convierte en una promesa. Cuando aceptamos esta esperanza en nuestros corazones, la esperanza del mañana se convierte en una promesa para todo aquellos que la reciben.