La ley del reino: La ley del perdónMuestra

El perdón no es para débiles, es una virtud de valientes

El perdón no es un regalo para la persona que te hirió, sino que es un regalo que te das a ti mismo; es decir, no es un beneficio para la persona que te hizo daño, sino que es un maravilloso obsequio que te haces a ti mismo. La persona más beneficiada con el perdón, es quien lo otorga.

Si me pica una serpiente tengo tres opciones, una es no hacer nada, permitiendo que el veneno produzca parálisis en mi corazón y que muera por asfixia, precisamente por no hacer nada sobre aquello. Puedo también tomar la opción de maldecir a la serpiente, enojarme con ella, incluso tratar de perseguirla para destruirla, pero eso no va a cambiar el efecto del veneno en mi vida, igual voy a morir, y voy a estar enojado y maldiciendo. Tengo una opción más, en lugar de pensar cuán mala es la serpiente y en cómo vengarme de ella, es atender mi herida, buscar ayuda para que saquen el veneno que está en mi sangre, que pongan un antídoto para eso que fue inyectado en mi vida, para recibir el beneficio en mi cuerpo. 

No sé qué va a pasar con la serpiente; si seguirá mordiendo a otras personas, si alguien vengará lo que me hizo, y por concentrarme en lo que debía salgo beneficiado. El único antídoto sobre las heridas emocionales, se llama perdón, es lo único que puede cambiar las circunstancias de ese veneno que fue inyectado en nosotros cuando nos sucedió «aquello que recordamos», y que ha afectado nuestra vida.

«Otorgar perdón, no es para personas débiles de carácter, sino que es una virtud de los valientes». Solamente las personas fuertes de carácter, hablando del hombre interior, pueden ejercer el perdón sin medida sobre otras personas, no los que explotan, maldicen y amenazan. Todo lo contrario, estos últimos son de carácter débil. El perdón tiene que ver con la buena administración del corazón, ahorra el gasto del enojo, el costo del odio y el desperdicio del espíritu.

Cuando alguien dice, puedo perdonar pero nunca olvidar, sencillamente está utilizando otra forma de expresar la falta de perdón. El perdón debe ser como una nota cancelada, debe ser algo que se rompe y se quema, para que no pueda ser leída una vez más. Es algo que debe ser destruido y que debe quedar totalmente fuera de nuestra vida.