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Nuestro gozo le importa a Jesús

La noche antes de morir, Jesús compartió una última comida y conversación con Sus discípulos. ¿Qué le preocupaba a Jesús mientras se preparaba para dejar a los que amaba?

En Juan 14–16 leemos que Jesús consoló a Sus discípulos y los animó a no preocuparse. También les enseñó a permanecer. Aparte de Jesús, no podían hacer nada.

Y luego Jesús explicó por qué les estaba diciendo todas estas cosas. Él dijo: "Estas cosas les he dicho para que mi gozo esté en ustedes, y su gozo sea completo" (Juan 15:11).

Jesús estaba preocupado por nuestro gozo.

Mientras escribo estas palabras en este momento, mis ojos se llenan de lágrimas. ¡Amor tan asombroso, tan divino! En el colmo de Su propia agonía, Jesús deseaba mi gozo y el tuyo. Es increíble, ¿no? Por el gozo puesto ante Él, Jesús soportó la cruz (Hebreos 12: 2).

Y Jesús no esperaba que tuviéramos un poco de felicidad. Él quiere que tengamos plenitud de gozo, desbordante, abundante. Nuestro gozo le importa a Jesús.

Jesús es la fuente de nuestro gozo y Él es quien lo sustenta. Aparte de Él, nuestras vidas se componen de intentos vacíos y sin sentido de encontrar satisfacción. Vagamos, desesperadamente sedientos hasta que bebemos de Él. Él es el principio y el final, el Alfa y el Omega. Toda buena dádiva proviene de Su mano, y nada bueno existe fuera de Él. Nuestro deseo de gozo es, en última instancia, un deseo por Jesús.

En Filipenses, vemos un gozo genuino. El gozo comienza con la salvación y aumenta a medida que experimentamos la verdadera comunión, entendemos el señorío de Cristo, participamos de la humildad de Cristo y obedecemos la Palabra de Dios. A medida que crecemos en la fe, nuestros deseos cambian. Anhelamos conocer a Jesús. Ponemos nuestra esperanza en los gozos celestiales más que en las circunstancias terrenales. Oramos con acción de gracias en lugar de inquietarnos por la ansiedad. Damos generosamente para promover la obra del Evangelio.

Así como Pablo aprendió el secreto de estar contento con la abundancia y la necesidad, a medida que crecemos en nuestra dependencia de Dios, nos convertimos en mujeres de gozo.

Mis últimas palabras para reflejan mi más profundo deseo para ti: No dejes de estudiar la Palabra de Dios. Permanece en Dios, ora a Él, búscalo continuamente.

Que Su gozo esté en ti y sea pleno.

¿Qué significa elegir la alegría, sin importar las circunstancias?