Antiguo y NuevoMuestra

Ahora, se recuerda el sábado El texto del tercer mandamiento ha confundido a muchos cristianos. Los “Diez Grandes” de Dios son un resumen muy útil de su voluntad respecto de cómo quiere que lo tratemos (1-3) y cómo quiere que nos tratemos los unos a los otros (4-10). En toda escuela dominical decente del mundo, los niños aprenden de memoria los Diez Mandamientos. Aunque el texto se encuentra en el Antiguo Testamento (Éxodo 20), expresan la eterna verdad moral, no sólo una ley ceremonial temporal. Excepto el tercero. El Sabbat es intemporal; el día Sabbat fue instituido como una norma temporal. San Pablo les ayudó a hacer la transición a los cristianos que se habían criado en el Antiguo Pacto: “Por tanto, nadie os critique . . . en cuanto a días de fiesta, luna nueva o sábados. Todo esto es sombra de lo que ha de venir” (Colosenses 2:16,17). Usted es libre de adorar a Dios en cualquiera o en todos los días de la semana; puede optar por trabajar para una empresa que lo quiere en el trabajo todos los sábados; puede trabajar en la casa el sábado, sin pecar. ¿Por qué? Porque lo que en verdad importa es el Sabbat, es decir, su feliz relación con Dios. Lo que importa es disfrutar el amor que Dios tiene para usted y amarlo a él. Lo que importa es la adoración. Lo que importa es que confíe y crea en Jesús con todo su corazón. Esta es su promesa de Sabbat para usted: “Venid a mí todos los que estáis trabajados y cargados, y yo os haré descansar [es decir, Sabbat]” (Mateo 11:28).Ahora, se recuerda el sábado El texto del tercer mandamiento ha confundido a muchos cristianos. Los “Diez Grandes” de Dios son un resumen muy útil de su voluntad respecto de cómo quiere que lo tratemos (1-3) y cómo quiere que nos tratemos los unos a los otros (4-10). En toda escuela dominical decente del mundo, los niños aprenden de memoria los Diez Mandamientos. Aunque el texto se encuentra en el Antiguo Testamento (Éxodo 20), expresan la eterna verdad moral, no sólo una ley ceremonial temporal. Excepto el tercero. El Sabbat es intemporal; el día Sabbat fue instituido como una norma temporal. San Pablo les ayudó a hacer la transición a los cristianos que se habían criado en el Antiguo Pacto: “Por tanto, nadie os critique . . . en cuanto a días de fiesta, luna nueva o sábados. Todo esto es sombra de lo que ha de venir” (Colosenses 2:16,17). Usted es libre de adorar a Dios en cualquiera o en todos los días de la semana; puede optar por trabajar para una empresa que lo quiere en el trabajo todos los sábados; puede trabajar en la casa el sábado, sin pecar. ¿Por qué? Porque lo que en verdad importa es el Sabbat, es decir, su feliz relación con Dios. Lo que importa es disfrutar el amor que Dios tiene para usted y amarlo a él. Lo que importa es la adoración. Lo que importa es que confíe y crea en Jesús con todo su corazón. Esta es su promesa de Sabbat para usted: “Venid a mí todos los que estáis trabajados y cargados, y yo os haré descansar [es decir, Sabbat]” (Mateo 11:28).