Domadores De TormentasMuestra

“A principios de esta semana fui a la consulta del médico porque estaba experimentando terribles dolores de estómago. Hicieron pruebas, tomaron sangre y dijeron que me contactarían en unos días. Supuse que el dolor se debía, al estrés y la depresión. Hace tres semanas, a la edad de 35 años, mi esposo, el amor de mi vida, murió de un ataque al corazón. Esta tarde casi me rindo. Saqué la pistola de mi marido, la puse sobre la mesa de la cocina y la miré. Cuando me senté allí, sonó el teléfono, era el médico. Él dijo: Estás perfectamente sana, estás embarazada” (Anónimo).

Puedes atravesar la Tormenta en paz como Jesús o en pánico como los discípulos. Mientras Jesús dormía plácidamente en la popa, los discípulos fueron a despertarlo con la peor oración de todos los tiempos: lo acusaron de indiferencia.

Durante la tormenta, por lo general es difícil entender que Jesús no te promete una vida sin tormentas, pero te promete paz y fortaleza en medio de las tormentas.

Las tormentas ciertamente vendrán. En ese punto tendrás que tomar una decisión: culpar a Dios o confiar en Él.

Y tú confías en alguien porque le conoces. Nuestra confianza en Dios crece a través de nuestro conocimiento de Dios. No puedes confiar en alguien sin tener una relación con él. Y todos saben que la base de una buena relación es la confianza, así que confianza y relación van de la mano.

Los discípulos culparon a Jesús porque aún no le conocían bien. Jesús tuvo paz porque sabía quién era Dios y lo mucho que les amaba.

¿Cómo sueles reaccionar en tus crisis?

¿Cómo puedes fortalecer tu confianza en Dios?

¿Cómo puedes mejorar tu relación con Dios?