Superar el miedo, la preocupación y la ansiedadMuestra

Día 5: Por tanto, no te preocupes

Lee Mateo 6:25-33

Jesús realmente fue al grano cuando dijo: “Si Dios viste así la hierba del campo, que hoy es y mañana es echada al horno, ¿no hará mucho más a vosotros? ¡Hombre de poca fe!” (Mateo 6:30, énfasis añadido). ¡Poca fe! Piensa en esas palabras. El Señor equipara nuestra preocupación con la falta de fe.

¿Por qué dice el Señor que la preocupación es incredulidad? ¿Cómo refleja mi preocupación el nivel de mi fe? Mi preocupaómetro también es un fiómetro; en este caso, no es mi fe lo que está en rojo, es mi incredulidad. ¿Por qué la preocupación es incredulidad? Porque tiene sus raíces en la duda sobre el carácter de Dios. Cuestiona su cuidado y provisión paternal. Cuando nos preocupamos por lo que va a pasar con nuestras vidas, lo que realmente estamos diciendo es: “Dios, no puedes manejar esto. Eres demasiado débil, desinteresado, poco amoroso o no lo suficientemente inteligente como para cuidar mi vida. Tengo que dedicar toda mi atención a resolver esta situación por mi cuenta.

En lugar de pasar mis días persiguiendo mis propios deseos y preocupándome por mi futuro, debemos concentrar activamente nuestras energías en el reino de Dios y su justicia. Jesús dijo: “Buscad primeramente su reino y su justicia, y todas estas cosas os serán añadidas” (Mateo 6:33).

REFLEXIÓN

Haz una "Lista de agradecimiento". Haz una lista de las diez cosas por las que estás más agradecido. Tu lista podría incluir los beneficios de Dios para ti (como la salvación o su Palabra o la Gracia) junto con sus bendiciones terrenales (familia, amigos, provisiones).

Pasa algún tiempo agradeciendo a Dios por todo lo que está en su lista. Esto te ayudará a tener fe en que Dios realmente tiene el control y te ayudará a enfocar tus pensamientos en su bondad en lugar de en lo que crees que todavía necesitas.