Una Vida PlenaMuestra

DIOS NO PAGA ALQUILER

“¿O ignoráis que vuestro cuerpo es templo del Espíritu Santo, el cual está en vosotros, el cual tenéis de Dios, y que no sois vuestros?” (1 Co. 6:19).

Mucho se ha predicado y escrito sobre este pasaje referente a la importancia de cuidar nuestra salud ya que somos templos del Espíritu Santo. No es mi intención en esta oportunidad ir por ese camino, ni dar argumentos que aprueben o contradigan las interpretaciones más comunes que se enseñan desde podios evangélicos de todo el mundo. Ante mis ojos destaca por encima de todo lo dicho en el pasaje, el final: “… no sois vuestros…”

Una vez que acepto a Cristo dejo de pertenecerme, de vivir para mí y mis deseos y comienzo a hacerlo para Cristo. Aprendo a orar y a pedir bendición, ayuda, sanidad, milagro… Dios me ayuda; Dios me asiste; Dios me regala el milagro que necesito, pero jamás debo creer que sus bendiciones son el pago de un alquiler por lograr mi permanencia en Su camino. Lo hace porque quiere y puede. Porque es bueno y soy su hijo, pero si no lo hiciera, si en su voluntad no está el sanarme, libertarme o darme ese milagro que tanto le pido: sigo siendo suyo. Dios pagó el precio de mi vida una sola vez en la cruz; precio alto que le costó todo.

El Todopoderoso no tiene que mendigar tu amor: le perteneces. Hoy es un gran día para recordarlo.

(Tomado del libro: Hoy es un gran día, de Osmany Cruz y Leydi González)