Parábolas: 21 Días De Ayuno Y DevocionalMuestra

DÍA 2: Parábola del árbol y sus frutos

El fruto revela nuestra naturaleza y trae evidencia de quiénes somos. Nuestra vida y relación con Dios se van a ver reflejados en nuestros pensamientos, palabras y hechos. ¿Qué dicen nuestras palabras y acciones sobre nosotros y sobre el Dios que habita en nosotros? ¿Es nuestra vida un reflejo de quién Dios es? Somos transformados al recibir a Jesús en nuestras vidas, nacemos de nuevo y Dios trae nueva identidad sobre nosotros. 

Atesoramos y meditamos en su Palabra, hacemos su voluntad y su fruto (amor, gozo, paz, paciencia, benignidad, bondad, fe, mansedumbre, templanza) se manifestará en nuestra manera de vivir, y seremos un reflejo de quiénes somos y a quién pertenecemos. 

Que el fruto que produce nuestra vida sea realmente distintivo y que el mundo pueda glorificar a Dios a causa de esto. Nuestras obras y palabras descubren y exponen el corazón del que nacen. Guardemos, examinemos, cuidemos y protejamos nuestro corazón, anclados en Su verdad. Añadamos filtro a cada pensamiento que llega a nuestra mente y traigámoslo a la luz de su Palabra. ¿Cómo describirías el fruto que produce tu vida en este momento? ¿Cómo te ayuda el Espíritu Santo a producir buenos frutos?

Oración: Señor, examina mi corazón hoy. Revela qué áreas de mi vida no están bajo tu voluntad y deben ser llevadas ante ti. Renueva mi mente a través de tu Palabra, desarrolla el fruto de tu Espíritu Santo en mí y que mis palabras y acciones te reflejen a ti, a quien pertenezco. Amén.