Negocios con DiosMuestra

A veces Dios requiere más de lo que creemos que podemos dar. Sin embargo, Dios está anhelando ayudarnos. Una palabra para esto es Su bendición, que es de lo que se trata este texto. La mayor bendición que puede darnos, por supuesto, es Su presencia y compañía. A través de ello Él libera una multitud de otras bendiciones. 

Y puede que esto sea difícil de creer para nosotros, porque la mayoría de nosotros creció creyendo que debemos ganarnos todo, o que es egoísta recibir algo de Dios. La primera opción causa que seamos tacaños y nos aferremos a todo lo que tenemos. La segunda opción causa que no aceptemos el amor que Dios nos ha extendido. 

Claro, ninguna de esas dos ideas están en la Biblia. En el reino, somos mayordomos de lo que nuestro padre nos da. Recibimos lo que Él quiere darnos, trabajamos con Él mientras nos guía y damos mucho fruto.

Nuestro capital inicial es la generosidad de Dios. Damos y recibimos libremente, según nos guía el Espíritu. Nuestro Padre Celestial nos enseña pacientemente carácter y ética de trabajo (¡que son valiosos!), y Cristo nos los imparte sobrenaturalmente también. Nuestra productividad es, fundamentalmente, alcanzada a través de la BENDICIÓN de Dios (no por nuestros esfuerzos).

¡La bendición de Dios puede manifestarse de muchas maneras! A continuación algunos ejemplos:

- Favor inexplicable con otros

- Fuerza sobrenatural (alias ¡gozo!)

- Productividad más allá de nuestra capacidad para alcanzarla

- Recibir dinero (capital), activos, y/o recursos que no nos ganamos

- Guía sobrenatural sobre lo que debemos (y NO debemos) hacer

- Soluciones sobrenaturales que no existían antes.

Las preguntas de hoy:

1. Compara la maldición sobre Adán ("con el sudor de tu frente") con la bendición de Abraham ("Te bendeciré y en ti serán benditas todas las familias de la tierra."). ¿Cómo quiere Dios cambiar tu perspectiva en relación al trabajo y la recompensa?

2. ¿Cómo impacta esto lo que piensas que Él te está llamando a hacer con tu vida/negocio?