Íntimos de DiosMuestra

Construyendo el lugar de intimidad

David había gustado la presencia de Dios en sus momentos a solas, cuidando las ovejas. Allí se le había revelado el Pastor sobre el cual cantaría en el Salmo 23. Cuando fue rey no se olvidó de Quien lo puso en el trono, sino que quiso tenerlo aun más cerca. Hacía tiempo los filisteos habían robado el arca del pacto, la representación de la presencia manifiesta de Dios. Si bien la habían devuelto, Saúl no le prestó atención y quedó descuidada durante veinte años. El culto en el tabernáculo había seguido, se continuaban realizando los sacrificios, y el culto aparentemente seguía intacto. Solo había un «pequeño detalle», la presencia no estaba. David hizo traer el arca y ponerla en una tienda. Era tal su alegría que entró a Jerusalén danzando, sin preocuparse por «su imagen» como rey.

David cambió toda la complejidad de la estructura del tabernáculo de Moisés por una simplicidad que tenía un sólo elemento: el arca del pacto (presencia manifiesta). Puso el arca en el monte de Sión, en un lugar visible y accesible para toda la nación. Sacó la presencia de Dios de detrás de una cortina, y mil años antes de la gracia entendió que Dios era para todos. Esto le gustó tanto a Dios que puso ese tabernáculo como modelo de su iglesia para que el resto de los hombres busque al Señor.

¡Necesitamos rescatar la sencillez en esta generación!

Los íntimos necesitamos levantar en cada hogar, en cada ciudad, en cada rincón del planeta el modelo del tabernáculo de David, donde lo más importante es que Él esté presente.

¿Es tu vida, tu casa, tu familia un tabernáculo para que Él habite? Edificar es un proceso. Comienza «trayendo el arca», buscando su rostro cada día, involucra a otros en esa «construcción». No es necesario nada elaborado, vuelve a la sencillez de David. Dios está deseando tomar su lugar.

Toma tiempo ahora mismo para dar ese primer paso en pos de su presencia.

Reflexiona

• Describe cómo sería un «momento ideal» con Dios, diariamente.


• Desarrolla cómo lograr ese deseo con la ayuda del Espíritu Santo.


• Disfruta la intimidad con Dios.

Ora

• Dile tu intención de edificar un lugar, un espacio donde encontraros cada día.


• Pídele sabiduría para ello.


• Pídele que te muestre si hay obstáculos, y que te ayude a quitarlos.


• Toma tiempo para agradecer el nivel de comunión que tienes hasta ahora.