Íntimos de DiosMuestra

Su habitación 

Dios nunca prometió visitarnos, porque una visita viene de vez en cuando, es agradable su presencia, hace lo que tiene que hacer, pero ¡se va! Si leemos la Biblia atentamente vemos promesas de habitación. El hecho de crear el Edén era para que fuera un ámbito donde Dios pudiera caminar y estar conectado al hombre. Por eso, cuando apareció el pecado, Dios tuvo que poner un querubín con espada de fuego para proteger el acceso al lugar donde estaba lo celestial disponible al ser humano. Edén significa «lugar de delicias», y era justamente eso lo que David, miles de años después, le pedía a Dios en revelación: «Me mostrarás la senda de la vida (Jesús es el camino de regreso al árbol de la vida); en tu presencia hay plenitud de gozo; delicias a tu diestra para siempre» (Salmo 16:11).

El tema de «habitación» trata de mentalidad. Durante muchos años sólo imploramos una visita de parte de Dios y fue lo que vimos: avivamientos pasajeros, grandes señales y prodigios pero que tenían una corta duración. Parece que se nos quedó arraigada la idea de encontrarnos con Dios «eventualmente», de domingo en domingo, de congreso en congreso, pero nos cuesta tener el concepto de habitar 24/7. En la mentalidad de habitación no hay separación entre lo espiritual y lo secular, ya no se trata de conexión de culto sino vida de conexión con el Padre. Dios es todo en todos y todo el tiempo.

Esto no significa que tenemos que estar cantando sin parar, sino tener la conciencia de que no hay nada que nos pueda separar del amor de Dios que es en Cristo Jesús.

Reflexiona

• ¿Eres una habitación donde a Dios le guste estar?

Ora

• Dile que quieres ser y entrar a su habitación.


• Pídele que te ayude a tener un cambio de mentalidad, para no desear solo una visita.


• Pídele que te enseñe a vivir sin diferenciar secular y espiritual.


• Dale gracias por querer habitar contigo y en ti.