Unidad en la Diversidad.Muestra

4. – UNIDAD EN EL BAUTISMO

Es fantástico pensar que, incluso con nuestras diferencias, al entrar en cualquier iglesia evangélica y oír la palabra «Señor» estamos hablando exactamente de la misma persona (Jesucristo) y nos identificamos de la misma forma (Sus siervos). Y es justamente el término «Señor» que el apóstol Pablo utiliza para fundamentar nuestra unidad en el bautismo, en las palabras de John Stott: «hay una esperanza perteneciente a nuestra vocación cristiana, una fe y un bautismo porque hay un solo Señor».

Es fácil concluir que nunca se le hubiera pasado por la cabeza a Pablo que en la iglesia del futuro habría diferentes formas de práctica del bautismo, pero es importante entender que Pablo no estaba hablando de la forma en que se realiza cuando dice «un solo bautismo». El apóstol habla del bautismo como una confesión pública de «una sola fe» en «un solo Señor», es decir, la iniciación del creyente en Cristo, así como la iniciación en su único cuerpo (la iglesia).

El bautismo que un día recibimos, declarando la misma fe en el mismo Señor, nos pone a todos al mismo nivel. En esto no hay diferencia entre judío y griego, o esclavo y libre, o hombre y mujer (Gálatas 3.26-28). Pero eso no significa que ya no somos diferentes en nada. Hombres y mujeres y cristianos de diferentes culturas (y muchas veces de la misma cultura) continúan teniendo diferencias entre sí. 

Sin embargo, esas diferencias no anulan el hecho de que de que todos hemos sido salvos por la gracia, por medio de la misma fe en el mismo Señor. Hecho que venimos a confesar por el mismo símbolo del bautismo.

Rodolpho Lima

Acción de gracias:

• Gracias, Señor, por darnos un símbolo externo tan apropiado  para expresar lo que has hecho dentro de nosotros.

• Gracias, Señor, por llamarnos a la igualdad en la salvación y no al orgullo de ser más que otros o la insatisfacción de querer ser como los demás.

• Gracias, Señor, por la alegría que pudimos experimentar cuando hicimos nuestra profesión pública de nuestra fe.

 Confesión:

• Perdónanos, Padre, por haber prestado, en ocasiones, más atención a los símbolos que recibimos de nuestra cultura que al símbolo que Tú nos has dejado: el bautismo.

Peticiones:

• Señor, danos ojos para ver más allá de nuestras diferencias denominacionales y teológicas, ojos para ver a un hermano o hermana que se identifiquen contigo de la misma manera en que nos identificamos a nosotros mismos.

• Señor, utiliza cada acto de bautismo que llevamos a cabo para transmitir la verdad de que todos somos un solo cuerpo y que tiene todo el sentido vivir bajo tu señorío.