Vive con Fuerza y CorajeMuestra

"¡Dios   ha venido a ti!"

La   promesa de la vida eterna es el resultado de que Dios viene a nosotros en   lugar de que la humanidad trate de buscar y encontrar a Dios en algún lugar   distante.

Desde el   comienzo de los tiempos, Dios nos amó a cada uno de nosotros con un amor   incondicional y eterno. Su intención original era tener una relación fuerte y   vibrante con cada uno de nosotros. Sin embargo, cuando Adán y Eva   desobedecieron a Dios en el Jardín, su pecado creó una barrera entre nosotros   y Dios. Nos volvimos eternamente separados de Él.

En lugar   de permitirnos permanecer separados de Él, Dios puso en marcha un plan   perfecto para la restauración, uno impulsado por Su amor y misericordia sin   fin por nosotros. El objetivo de su plan es restaurar completamente incluso   los aspectos más íntimos de su relación con la humanidad tal como existía   antes de que Adán y Eva pecaran.

Hace más   de 2,000 años, Dios envió a su Hijo a la tierra para eliminar la barrera   causada por el pecado, y poner la salvación a disposición de todos.

"Porque   de tal manera amó Dios al mundo, que ha dado a su Hijo unigénito, para que   todo aquel que en él cree, no se pierda, mas tenga vida eterna. Porque no   envió Dios a su Hijo al mundo para condenar al mundo, sino para que el mundo   sea salvo por él." Juan 3: 16-17

A través   de su muerte y resurrección, Jesús pagó en nuestro nombre el castigo del   pecado y eliminó la barrera entre nosotros y Dios. Este perdón está   disponible para todos los que simplemente lo reciben a Él como su Salvador.

Y esto es   sólo el principio. Antes de que Jesús completara su tiempo en la tierra para   unirse a su Padre Celestial, describió a sus discípulos otro elemento   importante del plan más amplio de Dios para restaurar completamente a la humanidad   para Sí mismo:

"En   la casa de mi Padre muchas moradas hay; si así no fuera, yo os lo hubiera   dicho; voy, pues, a preparar lugar para vosotros. Y si me fuere y os   preparare lugar, vendré otra vez, y os tomaré a mí mismo, para que donde yo   estoy, vosotros también estéis." Juan 14: 2-3

Dios no   solo envió a Jesús para quitar la barrera del pecado, sino que un día en el   futuro Jesús regresará para traer a todos los creyentes "a casa"   para estar con Él para siempre.