Oswald Chambers: Esperanza- Una promesa santa Muestra

La verdadera naturaleza del corazón de un hombre es la expectativa y la esperanza. Es el corazón que se fortalece por Dios (ver Salmo 73:26), y Jesucristo dijo que vino para "vendar a los quebrantados de corazón". La maravilla del Espíritu de Dios que mora en nosotros es que Él puede darle un corazón a un hombre desesperado.



Hay una diferencia entre la simpatía humana que le damos a un hombre desanimado y lo que el Espíritu Santo hará por él. Podemos sentarnos al lado de un hombre con el corazón roto y derramar un flujo de simpatía, y decir lo mucho que lo sentimos por él, y decirle de otras personas con corazones rotos; pero todo eso solo lo hace más sumiso a tener el corazón roto. Cuando nuestro Señor simpatiza con el corazón quebrantado por el pecado o la tristeza, lo ata y lo convierte en un corazón nuevo, y la expectativa de ese corazón para siempre procede de Dios.



Preguntas de reflexión: ¿Qué más espero recibir de Dios además de simpatía? ¿De qué manera la esperanza de Dios para mí trasciende la simpatía? ¿Por qué me conformaría con la simpatía cuando puedo tener la restauración?



citas tomadas de The Moral Foundations of Life, © Discovery House Publishers