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Fracasos Deportivos y la BibliaMuestra

Fracasos Deportivos y la Biblia

DÍA 4 DE 5

Versículo del Nuevo Testamento Ayuda a Andy Pettitte a Superar Ataques Sobre su Carácter


Juego Tres de la Serie Mundial de 2009 (31 de octubre de 2009), Yankees de Nueva York 8, Phillies de Filadelfia 5


A medida que los Yankees de Nueva York entraron al tercer juego de la Serie Mundial de 2009, los favoritos para ganar la corona se enfrentaron con la tarea poco envidiable de tener que recuperarse después de haber repartido la victoria en los primeros dos juegos con su oponente de la Liga Nacional. Pero cuando el pícher zurdo, Andy Pettitte, subió al montículo, con toda seguridad había algo más pesando en su mente: redención.


Dos años antes, Pettitte reconoció haberse inyectado en dos ocasiones hormona humana del crecimiento en 2002 para ayudar a acelerar la recuperación de su codo lesionado. Aunque la HGH no era una sustancia prohibida en ese tiempo, Pettitte todavía se encontraba en la mira de los comentarios negativos de los medios y de los aficionados de los equipos rivales. Incluso antes de que sus acciones fueran reveladas, ya sabía que necesitaba revertir el rumbo.


«Aunque no estaba haciendo algo en contra de las reglas del béisbol, no me sentía cómodo, así que lo dejé —dijo Pettitte en una declaración dada a “The Associated Press”—. Yo no estaba buscando tener una ventaja. Estaba buscando sanar [...] tengo el mayor de los respetos por el béisbol y siempre he tratado de vivir mi vida en una manera honorable».


Ser etiquetado como un tramposo fue especialmente difícil para alguien que era conocido por ser uno de los atletas cristianos de las Grandes Ligas del béisbol que más compartía su fe. De hecho, una de las escrituras favoritas de Pettitte en ese tiempo, era una que hablaba de su deseo de vivir más allá de todo reproche y con suma integridad como representante de Jesús:


«El que habla, que hable conforme a las palabras de Dios; el que sirve (que ministra), que lo haga por la fortaleza que Dios da, para que en todo Dios sea glorificado mediante Jesucristo, a quien pertenecen la gloria y el dominio por los siglos de los siglos. Amén» (1 Pedro 4:11).


Mientras Pettitte calentaba en Filadelfia, el hogar de los aficionados menos perdonadores, no fue sorpresa para él, ni para nadie más, que los abucheos y las cantinelas comenzaran a reverberar a lo largo del Citizens Bank Park. Fue la primera aparición de Pettitte en la Serie Mundial desde el escándalo de la HGH dos años antes, pero no era un extraño para el Clásico de Otoño. Pettitte ya había ganado cuatro campeonatos previos con los Yankees y había jugado para los Astros de su ciudad natal en la primera Serie Mundial en la historia del club.


Esta vez era distinto. Y Pettitte lo sabía. 


En la parte baja de la segunda entrada, los Phillies tomaron una delantera temprana gracias al jonrón de Jayson Werth, seguido por una base por bolas con las bases llenas y un elevado de sacrificio. Pettitte se asentó y los Yankees respondieron con siete carreras propias para tomar la ventaja 7 a 4. Incluso Pettitte participó con la primera carrera impulsada en postemporada de su carrera.


Los Yankees sostuvieron la delantera y se llevaron el Juego Tres, 8-5. Pettitte también ganó el Juego Seis y extendió su récord por más victorias en postemporada con 18 al hilo con su quinto, y último, anillo de Serie Mundial. Unos años más tarde, los Yankees retiraron su camiseta #46.


Aunque algunas opiniones contrarias acerca de Pettitte quizá nunca cambien, él se solaza en el hecho de que su error fue largamente perdonado dentro de la comunidad cristiana, y en que sus oportunidades para compartir su historia en iglesias y otras organizaciones, de hecho, incrementaron después de su contrita confesión.


«Es absolutamente sorprendente lo que sucede cuando eres consistente en tu andar y cuando eres consistente en la manera en la que vives —dijo Pettitte—. No importa lo que haya pasado en tu vida. Yo he sacado a la luz lo que sucedió con la situación de la HGH [...] literalmente pensé que cuando eso sucedió había desperdiciado toda mi vida [...] y que la había echado a perder con la mala decisión que tomé. Pero Dios conoce mi corazón. Dios sabe que estoy diciendo la verdad en todo lo que he dicho, y creo que me ha honrado totalmente y me ha bendecido en ello y en la manera en que lo manejé».


Finalmente, el que se haya abrazado de 1 Pedro 4:11 y de su fe le dieron la fuerza que lo llevó a lo largo de toda esa Serie Mundial y que lo ayudó a encontrar la redención que anhelaba.

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Acerca de este Plan

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Nos gustaría dar las gracias al Museum of the Bible por proporcionarnos este plan. Para más información, por favor visitar: https://www.museumofthebible.org/

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