Tres Naranjas: La Voluntad De Dios Para TodosMuestra

El crecimiento tiene su raíz en lo que valoro

El crecimiento proviene de valorar a Cristo por sobre todo lo demás. Significa que, al visitar a un ser querido en un hospital, valoro a Cristo por encima de conocer las respuestas a la enfermedad y la muerte. Significa que puedo dar un valor más alto a un viaje misionero con mi familia que a unas lindas vacaciones.

Cuando valoras correctamente a Dios, puedes soltar las cosas de menor valor. Tu mente puede ser renovada para amar de manera distinta. Dios puede ensanchar tu corazón, y enseñarte a amarlo más.

Hice esto en un hotel durante un congreso; vi mi hermosa habitación, y dije: «Jesús, te amo más que al lujo o la comodidad». Cuando vi que mi carné decía «Orador», y que todos me saludaban, dije: «Jesús, te amo más que a la notoriedad y las atenciones de los hombres». Al declarar el más alto valor de Cristo y mi amor por Él, combatí la envidia y el orgullo. Entre más descubro y profeso el indescriptible valor del Salvador, más crece mi amor por Él.

¿Qué has valorado incorrectamente que podría entorpecer tu crecimiento en Cristo? ¿Una relación? ¿Un trabajo? ¿Tu desempeño? ¿Un don o habilidad especial? El crecimiento no va a suceder en esa área, hasta que alinees tus valores correctamente.

C. S. Lewis fue famoso por evaluar nuestros valores mal colocados, cuando dijo:

Somos criaturas apáticas, perdiendo el tiempo con la bebida, el sexo y la ambición cuando lo que se nos ofrece es gozo infinito, de una manera similar a un niño ignorante que quiere continuar haciendo tartas de lodo en un barrio marginado, porque no se puede imaginar lo que significa la oferta de unas vacaciones en el mar. Somos complacidos con demasiada facilidad.¹

Cuando salgas hoy a continuar con tu vida, deliberadamente declara tu intención de valorar a Cristo por encima de cualquier otra cosa que tu corazón pueda desear. Cuando veas algo que impida tu avance y que has dado un alto valor, di: «Jesús, te amo más que a ________». Este amor dará paso a la acción a medida que tu Biblia se convierte en una posesión aquilatada y tus oraciones se vuelven conversaciones con Dios en lugar de repeticiones vacías. Cuando hacemos esto, el tiempo invertido con Él se vuelve alegría, y buscarlo, una disciplina agradable.

Notas
1. C. S. Lewis, “The Weight of Glory,” sermón original dado en St. Mary the Virgin, Oxford, 8 de junio de 1942. Publicado en Theology, November 1941.

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