Fuera del CampamentoMuestra

Fuera del campamento

por Rocky Fleming

Abandono osado

"Y cuando se acercaba el tiempo de ser llevado [al cielo], estaba resuelto a ir a Jerusalén [para cumplir su propósito]" (Lucas 9:51 Biblia Amplificada)

Cierra los ojos e imagina cómo se describió a Jesús en lo que leíste anteriormente. Jesús supo desde el principio que Su propósito era morir una muerte agonizante por ti y por mí. Era su misión y propósito. Aun así, debemos darnos cuenta de que cada paso hacia el Gólgota fue una elección que le correspondió hacer. Podría haber dicho en el camino: "¡No! Un precio demasiado alto para que Yo lo pague", y le habría quitado toda esperanza a la humanidad. Fue una batalla para Él mantener el rumbo, y Él luchó hasta el final para ganar la victoria para nosotros. Durante la batalla dentro de Jesús el hombre, Él debe haber tenido todos los sentidos en Su cuerpo y mente en plena alerta. Él ya había renunciado a su derecho como Dios de vivir su misión. Leemos esta idea en Filipenses 2:7. Por lo tanto, Él tuvo que asumir la batalla con las mismas limitaciones que todos los hombres, y ganar Su pelea por nosotros usando Su propia justicia y fuerza de voluntad como hombre. Al hacer esto, nos dejó un ejemplo a seguir para unirnos a Él fuera del campamento.

Al igual que tú y yo lo estaríamos al saber cómo temeríamos la tortura y la muerte, Jesús estaba en agonía por el conocimiento de que se enfrentaría a sus verdugos con látigos, clavos y palabras calumniosas en sus manos y en sus lenguas. Piensen en cómo sudó gotas de sangre la noche en que iba a ser llevado a una inquisición inmerecida, y luego a la cruz. ¿Estás empezando a tener una idea de cómo Él ganó Su batalla, lo que a su vez nos da a ti y a mí el derecho de ser hijos de Dios?

Las Escrituras dicen que Jesús "estaba resuelto a cumplir su propósito". Determinado significa: "decidido, resuelto, decidido, inquebrantable e indomable". Jesús entró en su misión y propósito con un abandono de sus propios derechos al someterse a la voluntad de su Padre, y lo hizo con un compromiso inquebrantable. Lo que Él hizo podría describirse como un abandono osado de sí mismo por ti y por mí. Si vamos a realizar nuestra misión de unirnos a Él fuera del campamento, donde también debemos enfrentar nuestros miedos y ser estirados fuera de nuestras zonas de confort, nuestro paso hacia Él también debe hacerse con un abandono osado. ¿Qué quiero decir con el término?

Algunas personas pensarían que ser osado sería irresponsable. Pensarían en un temerario, como Evel Knievel, y se desconectarían rápidamente. No los culpo. Pero muchas personas en ese momento pensaron que los apóstoles eran osados, y es cierto que eso hizo que todos fueran asesinados por su fe, excepto Juan, que murió como un anciano fiel. Juan el Bautista habría sido llamado osado por denunciar a Herodes. Martín Lutero habría sido llamado osado por sacar a la luz las fechorías del papado en el siglo XVI, que a su vez inició el movimiento protestante. Martin Luther King habría sido calificado de osado.

Lo mismo harían muchas personas en la historia que estuvieron en la brecha para que algo bueno sucediera en la historia, y especialmente en la Iglesia. Ser osado a veces es bueno y necesario.

"¿Por qué caminar de puntillas por la vida solo para llegar sano y salvo a las puertas de la muerte?", es una perspectiva desafiante que he escuchado últimamente. Hay varias personas que reclaman la autoría. Eso no es tan importante como la perspectiva. La pregunta es, ¿debemos vivir nuestra vida con un abandono osado? Mi respuesta es sí, si es por Jesús y Su propósito, porque si es por cualquier otra razón, seríamos un temerario irresponsable que vive para la emoción. Verás, el abandono de nosotros mismos por el propósito de Jesús incluye Su compromiso de mantenernos bajo Su cuidado, porque cuando salimos del campamento para llevar Su oprobio, Él está allí esperando que nos unamos a Él. Aunque nos abandonemos a Él, podemos tener la plena seguridad de que estamos bajo Su cuidado en ese lugar.