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Jesús es nuestra MetaMuestra

Jesús es nuestra Meta

DÍA 3 DE 5

Aprender a soltar

¿Alguna vez has visto a un atleta correr con una mochila llena de peso en su espalda? Es imposible llegar a la meta cuando llevamos peso y pecado. La Palabra de Dios continúa diciendo, después de identificar la nube de testigos: 'despojémonos de todo peso y del pecado que nos asedia'.

Es interesante que separe el peso y el pecado. Esto indica que no son lo mismo, pero ambos son obstáculos frecuentes en la carrera del cristiano, dificultándonos avanzar, agotándonos y alejándonos de la meta.

Veamos brevemente la definición de cada uno:

Peso: Son las aflicciones cotidianas de la vida, las frustraciones, desilusiones, rencores, heridas no resueltas del pasado, miedos o temores, preocupaciones por el futuro, o afanes que nos desenfocan del propósito de Dios.

Pecado: Es cuando fallamos a Dios con nuestras acciones, son las manifestaciones a través de las obras de la carne que, aunque a veces las ignoremos, siguen estando allí como una carga en nuestros hombros mientras vivimos nuestra vida diaria.

El escritor de Hebreos nos invita a despojarnos, es decir, soltar completamente, para poder correr la carrera con paciencia.

Sin embargo, Jesús nos llama a ir más allá de simplemente despojarnos. Nos dice que, si queremos ser sus discípulos, es importante tomar nuestra cruz cada día, renunciando a lo terrenal y soltando todo lo que nos impide avanzar en Dios.

Reflexionemos:

· ¿Qué peso y pecado llevo en esa mochila que no me permite correr la carrera de la fe?

· ¿Estoy viviendo según los deseos de mi corazón o como un discípulo de Jesús que toma su cruz cada día?

Acción + Oración

Toma un momento para hacer una lista escrita en un papel de ese peso y pecado que te pueden estar asediando cada día. No lo hagas a la ligera; tómate tu tiempo. Una vez que la tengas, llévala a los pies de Jesús en oración. Con tus propias palabras, exprésale al Señor tu cansancio y agotamiento espiritual, pidiéndole que te llene de nuevas fuerzas para seguir tu carrera. Pídele que te guíe para despojarte de todo lo que te asedia. Luego, tómate un momento para descansar en el regazo de Jesús. Él está aquí para apoyarte, fortalecerte y animarte como un entrenador para que sigas corriendo hasta el día en que recibas la medalla en la meta.

Día 2Día 4

Acerca de este Plan

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Nos gustaría agradecer a Iglesia Cristiana Bautista en Pérez Zeledón por proporcionar este plan. Para obtener más información, visite: https://www.facebook.com/iglesiabautistapz

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