Edificando Un HogarMuestra

Él está construyendo un hogar.

Los que hemos recibido el regalo de la gracia mediante la fe en Jesús y por lo tanto somos salvos, fuimos sellados con el Espíritu Santo y pasamos a ser templo del Espíritu.

¡El Espíritu del Dios viviente vive en nosotros! Esto ya es algo completamente incomprensible y fuera de lo que mi mente humana pueda alcanzar a comprender, solo puedo maravillarme de la hermosura de saber que Dios mismo vive en mí, que se ha convertido en mi conciencia, en mi guía, en mi maestro, en esa voz que me indica el camino por el que debo andar.

Sin embargo, según este pasaje, ¡la obra maravillosa que Dios hace en nosotros recién comienza!

Porque Él es nuestra paz, Cristo es nuestra paz, reconciliando al mundo con Dios, pero también haciendo un solo pueblo de todos aquellos que le entregan su vida. Él es el cumplimiento de lo que decía cada profeta del antiguo testamento: ¡Qué un día Dios iba a hacerse de un Pueblo, una nación santa, su más grande tesoro!

Lo mismo que leemos en el libro de Apocalipsis, al final de los tiempos, estará su pueblo, y Él será su Dios y habitará entre su pueblo. Es una imagen de intimidad, de familia, de unidad, hermosa unidad, como la unidad que vive Dios en la Trinidad.

La imagen que nos da aquí el texto de Efesios es la de una que va de la mano con esa imagen, Dios construyendo este pueblo, como si fuera un edificio, donde cada creyente es parte del mismo.

Un edificio construido sobre el fundamento de los apóstoles, donde Cristo es el centro, la piedra angular que le da sentido a toda la construcción.

Y este edificio es la casa de Dios, tan hermosa imagen, tan hermoso pensar que soy parte de algo mucho más grande, somos parte del edificio de Dios.