La Iglesia Del ReinoMuestra

«El cristiano que falta a sus obligaciones temporales»

Este cristiano falta a sus deberes con el prójimo; falta, sobre todo, a sus obligaciones para con Dios y no comprende las implicaciones de su eterna salvación. El contenido de la misión de la iglesia sobre las realidades temporales, incluye los bienes de la vida y de la familia, cultura, economía, artes y profesiones, ecología, instituciones de la comunidad política, relaciones internacionales, y otras cosas semejantes, su transformación y progreso. 

Las realidades terrenas se convierten en objeto de la misión de la iglesia no como fin último, sino intermedio; sin embargo, tienen un valor propio, porque no son simples medios, que perderían su valor cuando se alcanzase el fin de la salvación. Tienen un valor propio, que Dios les ha dado, considerados en sí mismos, o como parte del orden temporal: "Y vio Dios todo lo que había hecho, y dijo que era bueno en gran manera". 

Esta bondad natural de las cosas recibe una cierta dignidad especial de su relación con la persona, para cuyo servicio fueron creadas. Le plació, por fin a Dios aunar todas las cosas en Cristo Jesús, tanto las de arriba como las de abajo, las invisibles y las visibles, "para que tenga Él la primacía sobre todas las cosas".

Tres aspectos del orden temporal para ser perfeccionados: la dignidad de la persona, el ordenamiento de la sociedad, la conservación de la creación.

Cuando fue creado el hombre a imagen de Dios, recibió el mandato de gobernar el mundo en justicia y santidad, sometiendo así la tierra y cuanto ella contiene, y de orientar hacia Dios a las persona y el universo entero, reconociendo a Dios como Creador y Señor de todo, de modo que con el sometimiento de todas las cosas al hombre, sea admirable el nombre de Dios en el mundo y expresado su reino en la tierra.

De todo esto se deduce que la misión de la iglesia, en lo que se refiere a la introducción de un sentido más profundo, no puede circunscribirse a una tarea de predicación, sino que requiere también la manifestación de la vida divina, principalmente a través de la Palabra vivida en el testimonio y conducta de sus hijos, para acoger la acción de Cristo, quien obra en el corazón de los hombres con el poder de su Espíritu. 

La misión de la iglesia se fundamenta en la misión de Jesús como enviado del Padre para la manifestación del reino de los Cielos en la tierra, conducentes a la liberación de la humanidad. Así que la razón histórica y primaria del quehacer de la iglesia es prolongar la misión de Cristo y hacerla visible en la historia de los hombres y no simplemente existe para realizar cultos en los templos.