[Las palabras de adviento] ESPERANZAMuestra

Adviento

El mensaje central de la Navidad es que Dios, el Creador y Rey del universo, se hizo humano en la persona de Jesús. Su llegada era necesaria, ya que Él es el único camino a nuestra salvación. Él no solo vino a la Tierra, sino que eligió quedarse con nosotros, cerrando la brecha entre Dios y la humanidad. Su sacrificio permitió una relación con él y a través de su resurrección, el envío del Espíritu Santo.

Esto es lo que celebramos durante el Adviento. Esta palabra proviene de la palabra latina adventis, que significa ‘la venida, la aparición, la llegada’. La Iglesia comenzó a celebrarlo en el primer siglo. En el pasado, el Adviento hacía un énfasis mucho mayor en la penitencia, ya que era un reflejo de la temporada de Cuaresma. La Iglesia primitiva pasaba por mucha preparación, alistándose para la celebración del nacimiento del Hijo de Dios.

A partir del siglo VII, aproximadamente, el Adviento comenzó a adquirir un sentimiento más festivo. Estaba destinado a la oración, el encendido de velas y la corona de Adviento a lo largo de cuatro domingos. El Adviento celebra la entrada del Señor Jesucristo, Dios mismo, al mundo, a nuestras vidas y de nuevo al mundo cuando regrese.

La corona de Adviento tiene su propio simbolismo. Es un círculo que representa el amor infinito e inquebrantable de Dios por nosotros. Por lo general, una corona de Adviento tiene guirnaldas de ramas nuevas que simbolizan una nueva vida por haber nacido de nuevo en Cristo, un recordatorio para nosotros de que las misericordias, el perdón y el amor de Dios son nuevos cada día.

La cantidad y simbolismo de las velas utilizadas varía entre las tradiciones cristianas. La mayoría de las tradiciones usan cuatro o cinco velas que se fijan en la corona o se colocan junto a ella.

Tres velas moradas representan la realeza de Cristo, el Rey de reyes, en su nacimiento. La cuarta vela de Adviento, al ser de color rosa, suele significar gozo. Por lo general, se enciende el tercer domingo. Una quinta vela, llamada «la vela de Cristo», es blanca y significa la pureza de la Luz que vino al mundo. Esa vela se enciende en Nochebuena. En otras tradiciones, todas las velas son blancas. Y algunas otras usan una sola vela para representar la luz de Jesús que vino al mundo.

La llama representa la Luz del mundo que vino a la oscuridad. También es un recordatorio para nosotros de que se espera que compartamos esa Luz con nuestros amigos, vecinos y parientes, especialmente en esta época del año.

Tradicionalmente, los sermones dominicales durante el Adviento se basan en estas palabras: esperanza, amor, gozo y paz. Quizá hayas escuchado muchos sermones de Navidad o Adviento y temas afines tantas veces, que se hayan vuelto menos poderosos.

Pero el verdadero poder de la Navidad permanece: Jesús, la Luz del mundo, vino y habitó entre nosotros. John Wesley mencionó con naturalidad realista que «lo mejor de todo es ‘Dios con nosotros’».

Refrescar nuestro corazón y mente con las cuatro palabras que se asocian con el Adviento es una excelente manera de seguir recordando que, sea cual sea el ángulo, el enfoque del Adviento está en la llegada de Jesús en el pasado, ¡anunciando su regreso en el futuro!

Padre, gracias por el recordatorio de la primera y segunda venida de tu Hijo. Por favor, prepáranos para estos días de celebración y que te demos gloria.