Momentos de debilidad

Sería maravilloso que la vida cristiana estuviera llena de motivación y fortaleza siempre, sin embargo la realidad es otra. Jesús mismo un día dijo, que en el mundo íbamos a tener aflicción, la Biblia dice que vamos a ser tentados y que el que diga que no ha pecado hace mentiroso a Cristo.

Qué complicado sería que la Biblia nos hablara solo de los buenos episodios de Pedro, pero para bien de nosotros, también la Biblia nos cuenta, al menos un par de ocasiones dónde este discípulo de Cristo se equivoca, no dirigido por el Espíritu Santo, sino por su propia naturaleza humana. Veamos los casos:

• Pedro le dice a Jesús que no vaya a la Cruz: Jesús le dice a los discípulos que era necesario que Él muriera, sin embargo Pedro decide no aceptarlo e intenta convencerlo de que no lo haga. ¡Vaya! Este mismo Pedro hace unos versículos había sido inspirado por el Espíritu Santo para decir que Jesús era el Hijo de Dios, y ahora, está intentando convencer a Jesús de no ir a la cruz. ¿Qué le pasó a Pedro? Estaba pensando humanamente.
• Pedro niega conocer a Jesús: En una ocasión Pedro le dijo a Jesús que lo seguiría hasta la muerte. Bueno, resulta que al momento en que arrestan a Jesús para llevarlo a la cruz, Pedro es cuestionado tres veces acerca de conocer a Jesús, resultando en que lo niega también esas mismas tres veces. Ahora, el Pedro que caminó por el agua, que dejó todo por seguir a Jesús, el Pedro fuerte, estaba negando a Jesús 3 veces. ¿Qué pasó con Pedro? ¿Había sido hipócrita todo ese tiempo con Jesús? ¿Solo estaba interesado y no amaba de corazón? En ninguna manera esa puede ser la interpretación de esta situación.

Lo que está sucediendo realmente es, que un hombre de fe, un hombre que dedicó su vida a Jesús, tiene momentos de debilidad, de duda, de tristeza, de temor. No hay ninguna de esas emociones, a las cuales podamos escapar en el transitar diario. Lo que está sucediendo es que Pedro no logra dominar sus emociones y termina cediendo ante la debilidad de la naturaleza humana. Pero, aun en medio de eso, Pedro sigue amando a Jesús, sigue creyendo en su esperanza y sigue anhelando tener una vida agradable delante del Señor.

¿Acaso tú que lees esto eres humano? Pues si es así, estás en el lugar correcto. Esto lo escribimos para personas imperfectas, para personas que tienen debilidades. Esto es para aquellos que se equivocan y para aquellos que, algunas veces, terminan haciendo lo que no quieren hacer. Sé que el enemigo se aprovecha de nuestra humanidad, para hacernos creer que ya no somos dignos, que debemos de abandonar la carrera, que ya no vale la pena seguir. Pero, les informo que nada de esto es cierto.

Vamos a seguir estudiando la historia, para entender cómo estos momentos de debilidad, pueden convertirse en una mayor fuerza para el futuro.