Lecciones Para Ser MejorMuestra

«Un arrepentimiento genuino»

La Biblia dice que David fue considerado por Dios como un hombre conforme a su corazón. A decir verdad, no solo vivió en paz con Dios, sino que murió siendo viejo y disfrutando de esa misma paz con su Creador hasta el último de sus días. Pero David cometió un gran pecado, una falta que por poco rompió por completo su relación con Dios. A pesar de ello, David logró arrepentirse, aprender de su error y morir en paz con Dios. Dios le perdonó su pecado y le dio una segunda oportunidad. David es, y siempre será, el rey terrenal más grande que haya tenido Israel.

Parece mentira que después de ese gran pecado David pudiera recuperarse. Pero lo que nosotros hoy día ignoramos, a veces, es que nuestros pecados son perdonados cuando el arrepentimiento es genuino. Más allá de que nuestro pecado sea grande o pequeño ante nuestros ojos humanos, Romanos 3:23 dice que todos hemos pecado y estamos destituidos de la gloria de Dios. Sin embargo, por la gracia de Dios podemos acercarnos a Él con corazones arrepentidos y sinceros, y si confesamos nuestros pecados, Él es fiel y justo para perdonarnos y restaurarnos, (1 Juan 1:9).

Cada individuo, y sobre todo cada líder, necesita tener en cuenta esta verdad. Las faltas y los grandes errores son remediables cuando nos arrepentimos y los ponemos bajo la sangre de Cristo.