Bajo El Gobierno De DiosMuestra

Sus ojos sobre mí

Te haré entender, y te enseñaré el camino en que debes andar; sobre ti fijaré mis ojos.Sal. 32:8

¡Qué mensaje tan personal! Cuán claro, cuán específico y qué autoridad y amor emanan de esas palabras. No está hablando el jefe de una compañía, ni un maestro en el salón de clases. No habla un padre a su hijo ni un rey a su súbdito. Está hablando el Señor de los cielos y la tierra, el Maestro, el Padre celestial, el Rey de Reyes.

En este salmo vemos a un Rey David convencido del perdón recibido luego de haber confesado su pecado. Es David ejemplo de lo que ocurre cuando confesamos nuestras transgresiones y nos presentamos ante Dios con un corazón contrito y humillado. Mientras habla acerca de la bienaventuranza del perdón, y de la convicción de que Dios oye la oración, es interrumpido por el Altísimo.

De manera directa Dios le habla acerca de su cuidado, de su dirección y de su intención de darle sabiduría, porque sin sabiduría no puede haber entendimiento. Una cosa es saber o conocer y otra muy diferente, es entender. La voz de Dios resonó en su corazón arrepentido para darle la certeza de que Él seguía en control de su vida. Todavía David estaba bajo el gobierno divino.

Esas palabras expresan la intención de Dios de dirigir a sus hijos, no solo a David sino a todos los que le aman y le buscan de corazón. Dios quiere hacernos entender todo aquello que quiere que entendamos y que nuestro intelecto no puede descubrir por sí mismo. Por ello nos ha dado su Espíritu Santo, “Mas el Consolador, el Espíritu Santo, a quien el Padre enviará en mi nombre, él os enseñará todas las cosas, y os recordará todo lo que yo os he dicho.”Juan 14:26 Es Dios quien alumbra los ojos de nuestro entendimiento.

“Para que el Dios de nuestro Señor Jesucristo, el Padre de gloria, os dé espíritu de sabiduría y de revelación en el conocimiento de él, alumbrando los ojos de vuestro entendimiento …”Efesios 1:17-18

Pero en las palabras que le dijo Dios a David hay un mensaje esperanzador, que se extiende hasta llegar a cada uno de sus hijos, “Sobre ti fijaré mis ojos.”Los ojos de Dios fijos en nosotros, ¡qué maravilloso! Es como si Dios nos dijera, no te voy a perder de vista, te estoy mirando de día y de noche, mis ojos no se apartan de ti.

Dios es bueno, maravilloso, qué bendición ser sus hijos y sabernos amados y cuidados por Él. ¡A Dios sea la gloria!