Cuando la Música de tu Alma se Detiene, Golpea las puertas del CieloMuestra

Cuando la música de tu alma se detiene, sana tu corazón

Nunca planeaste perder tu música, y tal vez no pensaste que esto podría sucederte. Pero, como siervos de Dios, fuimos llamados a adorarlo en los buenos tiempos y en los malos, así como cita David: «Bendeciré a Jehová en todo tiempo; su alabanza estará de continuo en mi boca» (Salmo 34:1). Los golpes de la vida y el reino de las tinieblas trabajan a diario para que perdamos nuestra música, lo cual puede conducirnos a que también nuestra fe se debilite o, peor aun, la perdamos.

Una ilustración muy vívida de esta batalla se nos muestra en el siguiente versículo de las Escrituras: «Y de Siria habían salido bandas armadas, y habían llevado cautiva de la tierra de Israel a una muchacha, la cual servía a la mujer de Naamán» (2 Reyes 5:2). El corazón de esta muchacha fue completamente roto; la secuestraron y la llevaron a una tierra extraña para ser esclava. Privada de su familia, de sus amigos y de su casa, ella lo perdió todo en tan solo un instante. Su corazón se llenó de grandes heridas y, como cualquier ser humano, sintió un gran desprecio por sus capturadores.

Lo sorprendente de esta historia es que, al tiempo, la Biblia nos cuenta que en la casa en la que ella servía necesitaban un gran milagro de sanidad, y fue justamente ella la persona usada por Dios para que su señor obtuviera ese milagro que tanto necesitaba.

En este proceso vemos que, aun que la tribulación y el dolor trataron de apagar la música de esta joven, Dios sanó su corazón, y el sonido de su adoración volvió a escucharse. Hoy quiero decirte que pueden romper tu corazón y apagar tu música por un momento, pero el Dios de Israel lo sanará, y una mejor adoración fluirá de tu interior.

Quizás, mientras leas estas líneas, te preguntes cómo puede recuperarse la música cuando alguien se encuentra en una batalla interna con Dios, por qué Dios permitió todo esto. La verdad es que Dios nos permite atravesar ciertas circunstancias, y otras suceden debido a decisiones equivocadas que hemos tomado. Sea cual fuere la causa, Dios seguirá trabajando en nosotros, y con nuestros errores.

Tenemos un Dios que quiere sanar nuestro corazón y llenarlo de su paz. Entonces, ¿cómo evitar seguir viviendo en tristeza, depresión, ansiedad y dolor? Como primer paso necesitamos perdonar. Sé que no siempre es sencillo hacerlo pero, si queremos que Dios restaure nuestro corazón, tenemos que decidirnos a hacerlo. Perdonar no se trata de sentir; nunca vamos a sentir perdonar, si no que debemos decidir perdonar.

Luis decidió perdonar. Te motivo a que tú también decidas hoy perdonar.