Iglesia Y Cultura 2Muestra

IGLESIA Y CULTURA 2.3

«Nuestra libertad en Cristo»

Nuestra libertad en Cristo es mucho más importante, gloriosa y trascendente que la libertad que disfrutan las naciones porque la disfrutaremos cada día y por la eternidad. 

Esta libertad fue comprada para nosotros por Jesucristo en la cruz, y solo hay una manera de vivir en libertad: ¡CONOCIENDO A AQUEL QUE ES LA VERDAD (Juan 8:32)!

Para conocer la verdad NO necesitamos un día especial. Hoy es el día apropiado para hacerlo. 

Todos los días tenemos en Cristo la libertad verdadera: libertad del pecado, de la muerte y del infierno. 

Siendo libres en Cristo no estamos en libertad de herir, de juzgar, de murmurar o de exponer a otra persona. Tu libertad termina, donde comienza la libertad de tu prójimo. Somos libres para amar.

¿Cómo ser sabios para equilibrar nuestra libertad en Cristo?

• A través de una relación con Dios, obtengo la madurez para distinguir el bien del mal. Somos libres, PERO eso no nos da licencia para hacer todo a nuestro antojo.

Entonces, ¿qué es lo que limita mi libertad?

La relación con Dios trae madurez. La madurez trae dominio. El dominio trae libertad. Uno no tiene que usar su libertad de tal manera que venga a ser esclavo de la misma cosa en la cual tiene libertad (1 Corintios 6:12).

• Debo recordar que mi libertad tiene propósito: ser como Jesucristo.

La madurez trae propósito a mi vida. El propósito crea el hábito de amar y levantar a mi hermano. Amar a pesar de todo, trae libertad. Y cuando la desarrollas, es una libertad que inspira y la contagias y la das como herencia a tu familia (Filipenses 2:1-4).

• Mi libertad me debe llevar a glorificar a Dios en todo lo que hago.

No podemos glorificar a Dios si hacemos que otra persona, por quien Cristo murió, caiga en su fe. Todas las cosas son permitidas, PERO:

1. ¿Lo que hago me guiará a libertad o a esclavitud? 

2. ¿Lo que hago va a hacer de mí un obstáculo para otros o un motivo de crecimiento?

3. ¿Lo que hago me va a edificar o me va a destruir?

4. ¿Lo que hago solo me complacerá a mí o también va a glorificar a Dios? 

5. ¿Lo que hago me ayudará a ganar a los perdidos para Cristo o los mantendrá perdidos?

1 Corintios 10:32-33

¡Vive intensamente tu libertad en Cristo!