La Invitación a La Sala Del TronoMuestra

Rendición y Coronación

En el trono de gracia, encontramos un lugar de rendición y coronación.

Rendirnos a Dios es reconocer su soberanía sobre nuestras vidas. A medida que dejamos nuestras cargas a sus pies, Él nos levanta con amor y gracia, nos corona como hijos e hijas de un Rey amoroso. Esta rendición no es una derrota, sino un acto de entrega que nos permite experimentar la plenitud de su plan para nosotros. Al rendirnos, encontramos libertad, propósito y un destino celestial que supera nuestras más grandes expectativas.

Oremos: “Amado Dios, hoy nos rendimos ante ti, reconociendo que tú eres el Rey de nuestra vida. Tomamos la decisión de entregar cada área de nuestro ser a tu cuidado amoroso. Que nuestras vidas sean un sacrificio vivo y agradable a tus ojos. Coronamos tus planes sobre nuestros sueños, tus caminos sobre nuestros deseos. Que tu voluntad prevalezca en cada decisión y que tu amor nos guíe en cada paso. En el nombre de Jesús, amén”.

Hoy, busca un lugar tranquilo para estar a solas con Dios. Reflexiona sobre las áreas de tu vida en las que has estado luchando para rendirte por completo. En oración, entrega esas áreas a Dios y declara tu deseo de seguir Su voluntad sobre la tuya. Luego, visualiza una corona que representa el poder y el amor de Dios, colocándola en tu mente como un símbolo de su autoridad sobre tu vida. Lleva contigo este recordatorio durante el día, recordando que estás coronado/a por el Rey de reyes.

PD: Estoy seguro de que estas con gran entusiasmo por aceptar la invitación a la sala del trono del Rey, hazlo, y comienza una nueva etapa en tu vida espiritual. Si quieres conocer más contenido de edificación accede a este enlace , nos vemos allí.