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Abraza tus promesas

DÍA 3 DE 5

¿Por qué dudas? Sí, así como lo oyes.

Muchas veces, a pesar de haber visto "destellos" del cumplimiento de las promesas de Dios que nos indican que vamos en camino a que estas se cumplan, la duda puede llegar a nuestras vidas. Es como si pensáramos que Él va a entregarnos pedacitos de la promesa, pero al final no nos dará la plenitud de lo que nos prometió.

Hoy, quiero recordarte que Dios no miente, y siempre, como ya lo hemos visto en los temas anteriores, cumple lo que promete. Algo más: Dios nunca dejará en vergüenza a quienes han decidido poner su confianza en Él, como nos dice la primera parte del Salmo 25:3: "Nadie que confíe en ti será jamás avergonzado" (NTV).

¿Te ha pasado que aunque ves "destellos" de que Dios cumplirá Sus promesas para tu vida, hay cosas que a veces te hacen dudar?

En mi caso, durante los años que estuve esperando a que llegaran mis hijos, Dios en Su amor me daba destellos del cumplimiento de Su promesa. Usó a dos personas en dos momentos distintos para regalarme una muda de ropa para bebé. Una era para un niño y una para una niña. Luego, durante mis tiempos de oración, Dios me entregó los nombres para una niña y un niño. A eso llamo yo destellos del cumplimiento de las promesas. Y, tú, ¿has recibido destellos de Sus promesas para ti?

Así que, cuando supe que estaba embarazada por partida doble, aún sin saber si serían niño y niña, mi esposo y yo tuvimos la certeza de que así sería. Sin embargo, al pasar unos meses, la duda llegó a su corazón.

El día que íbamos a saber cuál sería el sexo de los niños, mi esposo debía realizar un viaje a Estados Unidos (en ese momento vivíamos en Haití). Rumbo al aeropuerto, paramos en la oficina del ginecólogo para el ultrasonido. Durante el examen, solo pudimos confirmar que seríamos padres de un niño, pues el otro bebé no se dejó ver. En un instante, la duda llegó al corazón de Steve, quien se fue triste a su viaje de trabajo, y se repetía: "Yo estaba seguro de que sería una niña". Imagínate, no es que nos habían dicho que eran dos niños, sino que un bebé no se dejó ver; pero eso fue suficiente para que él comenzara a hablar en pasado, como si la posibilidad de ser padres de una niña ya no fuera realidad. Yo le dije: "¿Por qué dudas?". Yo tenía la certeza de lo que Dios nos había dado, y tenía la certeza que Él no nos había dado los nombres y esos vestiditos para avergonzarnos.

¿Te ha pasado a ti también, que has comenzado a hablar de tu promesa como algo que pudo haber sido y ya no se dio, si las cosas no se dan exactamente como las pensabas?

Cuando él llegó al hotel en los Estados Unidos, se dirigió inmediatamente a recoger una caja de zapatos que yo había comprado en línea. Para su sorpresa, cuando abrió la caja, no encontró ningunos zapatos para mí, sino unas bellas sandalias para niña. Fue conmovedor escuchar su voz cuando me llamó llorando para contarme lo sucedido, pues se sentía avergonzado por haber dudado.

Ese día confirmé que Dios conoce nuestros corazones y sabe que son frágiles y que necesitan ser reafirmados por Él, mientras esperamos el cumplimiento de Sus promesas en nuestras vidas. También confirmé que, en el proceso, Dios nos lleva a conocerle más y a aprender a confiar plenamente en Él; y lo hace con amor, pues Su intención no es avergonzarnos, sino formarnos. Es un proceso que implica dar pasos de fe para seguir creciendo en depender de Él cada día hasta llegar a la estatura de la plenitud de Cristo, como dice la Biblia en Efesios 4:13; solo así, podremos creer por cosas mucho más grandes de lo que podemos imaginar.

En nuestro caso, de una manera jocosa, Dios le dijo a Steve a través de unas sandalias para una niña: "No dudes, yo te prometí y cumpliré todo lo que te dije. Tendrán una niña y no solo nacerá, sino que crecerá" (pues las sandalias eran para una niña de 3 años). Solo Dios sabía que esas sandalias nos servirían para creer en el cumplimiento de promesas en la vida de nuestra hija, en los años por venir.

Hoy, Dios te recuerda que debes caminar hacia el cumplimiento de tu promesa, mirando los "destellos" que Dios te da, como las primicias, las cuales te entrega como muestra de Su amor por ti para que mantengas tu esperanza. Así que, ¡camina con las sandalias de la promesa, aunque aún no la hayas visto a plenitud!

Oración:

Jesús, te pido perdón por dudar y te pido que me ayudes a seguir creciendo en mi confianza en ti. Descanso en la certeza de que, en el momento adecuado, veré el cumplimiento completo de mi promesa, pues tú no mientes. Creo en ti y en la certeza de que nunca serán avergonzados los que confían en ti.

Escrituras

Día 2Día 4

Acerca de este Plan

Abraza tus promesas

Esta serie está enfocada en animarte a reavivar las promesas que Dios te ha entregado y, en el proceso, crecer en tu confianza y dependencia en Él. Te permitirá recordar las promesas, reflexionar sobre los aprendizajes q...

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Nos gustaría agradecer a Editorial Unilit |Spanish House Ministries por proporcionar este plan. Para obtener más información, visite: https://www.editorialunilit.com/

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