Fuimos Perdonados Para PerdonarMuestra

Perdonar es amar

Después de reconocer el don de la gracia que nos ha favorecido, liberándonos de la ceguera y de la perdición en la que andábamos; no es difícil entender que debemos perdonar así como hemos sido perdonados. No tiene ningún sentido ser partícipes de la revelación del amor de Dios, manifestado a través de Jesús, si determinamos ser esclavos de las ofensas o las heridas que otros nos hayan causado.

No perdonar a quien nos ofende sería como negar la gracia que nos manifestó Jesús, a través de su Redención. El perdón que hemos recibido obra regeneración en nosotros a través del Espíritu, y en el Espíritu, es imposible dejar de ver a los demás con la misma gracia y bondad que recibimos. Si somos conscientes de qué fuimos perdonados, entonces no nos será imposible perdonar.

Ten la certeza de que nuestro Padre, se encargará de impartir a través de su Espíritu, la sanidad y la restauración que necesitemos y al mismo tiempo, nos perfeccionará en el carácter de Cristo Jesús, para perdonar a los demás dando testimonio de su gracia y de su amor. Tenemos el mandato de amar a los demás como Jesús nos ha amado, de perdonar como Él nos perdonó; si amamos a quien nos salvó, obedecemos. No hay excusa para amar a través del perdón.

Mirar como Jesús a quien nos ofende, con la misma gracia, amor y bondad, como fuimos mirados por Él, es una muestra de la regeneración que hemos sufrido conforme a su carácter. El perdón es un regalo del que no solo disfrutamos por gracia, sino que es un regalo que nos ha sido dado para entregar a otros cada vez que sea necesario.

Perdonar es amar, es el mandato divino que por gracia nos permite testificar el Nombre de Jesús.