Tiempo A Solas Con DiosMuestra

"Lineamientos del devocional"

Si estás casado o en una relación de noviazgo, toma en cuenta que el devocional es personal y privado, a solas con Dios. En otros momentos del día, puedes tener tiempos de lectura, oración o reflexión de la Palabra con tu esposo o familia, pero este tiempo es personal.

Confiesa tu pecado y recibe la misericordia de Dios, siempre. Dios espera que cambies tu manera de pensar con respecto al pecado, tus lágrimas no son arrepentimiento. Tu cambio de comportamiento, sí. Confiesa y cambia.

Mantén tu Biblia y tu diario contigo en todo tiempo. Aprovecharás tiempos libres con los que no contabas, como cuando esperas en el consultorio médico, o el inicio de una reunión, o durante el receso entre dos actividades, puedes ser productivo con tus planes de lectura.

Desarrolla tu estilo de devocional en función de tu propia rutina, disposición y personalidad. El tiempo a solas con Dios no es una camisa de fuerza, es una guía para que aprendas a disfrutar a Dios.

Las distracciones, interrumpirán tus tiempos de lectura y oración. La consistencia es crucial, para el éxito de tu tiempo de quietud con Dios, para toda la vida. Por eso, es necesario tomar en cuenta el horario y el lugar, donde no se tendrá interrupciones. Determina el lugar de tu refugio. Debe ser un lugar de quietud, para comenzar tu día con Cristo.

Rinde cuentas a alguien. Esta persona te alentará, cuando falles en la lectura bíblica u oración. Cuenta con tu maestro de la Palabra, tu pastor, o quien te discipule; alguien a quien tengas confianza en tu congregación, que sea maduro en la fe, no un neófito.

Comparte con otros cuando estás leyendo y los motivos de oración. Esto crea una atmósfera de valentía, consistencia y disciplina. Comenta, cómo ves a Dios, actuando en las diferentes áreas de tu vida.

Si alguien viene a tu mente durante tu tiempo de quietud, ora por él, contáctalo y añádelo a tu lista de oración.

Evita la pereza y el legalismo. La pereza, es una falla en asumir la responsabilidad personal. El legalismo, es caer en manejar los parámetros de Dios, en la carne. La disciplina espiritual, es el camino de salida de estos dos obstáculos.