De generación en generaciónMuestra

Todo inicia en casa. Lo que ensañamos bien en casa no se olvida y se lleva a cabo. Lo que no enseñamos en casa alguien más lo va a enseñar.

El mundo y esta sociedad está al acecho esperando ver en dónde puede meter el pecado, el humanismo y demás perversiones en la vida de las siguientes generaciones.

Es nuestra responsabilidad mostrar y enseñar el evangelio del Reino y cómo es vivir una vida en Cristo.

Dios nos puso en este mundo, pero no somos parte de este mundo y tenemos que aprender a vivir como Jesús lo hizo.

Tenemos que poner por obra los mandamientos y estatutos que Dios nos dejó para que nos vaya bien y nuestras próximas generaciones no se pierdan.

Primero, con el ejemplo, amando a Dios por sobre todas las cosas. Si nosotros somos tibios, nuestras próximas generaciones serán témpanos de hielos.

Su Palabra debe vivir en nuestros corazones y entonces podremos repetírselas a nuestros hijos y los hijos de sus hijos, y hablarás de ellas sentado en casa o andando por el camino, cuando te acuestes y cuando te levantes.

Padre, ayúdanos a vivir en este mundo. Guárdanos del maligno, pero sobre todo, ayúdanos a ser ejemplo para nuestras generaciones. Amén.