No Dejes de Orar - Una lectura de tres días con Matthew WestMuestra

Recuerda alabar

No dejes de orar por el pródigo

No dejes de orar por un milagro

Aleluya, aleluya y amén

No dejes de orar para que se terminen las adicciones

No dejes de orar por libertad

Aleluya, aleluya y amén

No dejes de orar para que la enfermedad sea sanada

No dejes de orar por la revelación de Su poder

Aleluya, aleluya y amén

No dejes de orar para que venga el reino

No dejes de orar para que se haga Su voluntad

Aleluya, aleluya y amén

Si me pidieran que me siente y escriba mi oración de hoy, me pregunto si sería una enorme lista de necesidades y peticiones, seguida de un breve "gracias". ¿Cómo sería tu oración de este día si la escribieras? ¿Aprovecharías la oportunidad para "presentar" todas tus peticiones? ¿Le darías a Dios algunas instrucciones para que Él sepa cómo resolver situaciones específicas? Yo ya lo he hecho antes, ¡como si Él necesitara mis sugerencias! Pero, si nuestras oraciones sólo están llenas de peticiones, realmente nos estamos perdiendo una parte vital de la oración.

Esa parte que falta es expresar nuestra gratitud y alabanza. No importa lo que estemos enfrentando, siempre hay algo por lo cual estar agradecidos. Siempre hay alguien por quien estar agradecidos. La oración es una oportunidad para alabar a Dios por lo que es y por todo lo que ha hecho por nosotros.

Cuando nos centramos sólo en nuestras necesidades, podremos sentirnos derrotados. En cambio, cuando nos enfocamos en alabar a Dios, nos llenamos de esperanza. Podemos alabarlo aunque nuestras circunstancias no hayan cambiado, incluso en nuestra noche más oscura, en nuestros mejores y peores días porque Él es bueno. Cuando alabamos a Dios, Él se acerca a nosotros. El Salmo 22:3 dice: "Dios habita en las alabanza de Su pueblo". La palabra hebrea para "habitar" significa morar o vivir dentro.

Así que, aunque las cuentas se acumulen, estés esperando la llamada del médico o tengas problemas en tu matrimonio, tienes motivos para alabar al Señor. 1 Tesalonicenses 5:16-18 nos recuerda: "Estad siempre gozosos, orad sin cesar, dad gracias en todo, porque esta es la voluntad de Dios para con vosotros en Cristo Jesús".

¡No dejes de orar! No dejes de alabar a Dios. La esperanza está aquí, y Dios está haciendo todas las cosas por nuestro bien. En lugar de escribir tu oración de hoy, ¿por qué no te tomas un momento y escribes todas las cosas por las que estás agradecido(a)? Sólo Él es digno de nuestra alabanza.