El Primer Paso Al PecadoMuestra

Lo Que Comienza Fácil Termina Por Complicarse

Hace unos días miré una película acerca de una mujer que tenía muchas deudas y un trabajo con mala paga. Si bien ella quería resolver su situación financiera trabajando honestamente, finalmente no lo consigue, por lo que termina aceptando por desesperación la propuesta de un compañero de trabajo, quien le recomienda un “trabajo rápido” en donde les pagan dinero rápido y fácil por hacer algo ilegal.

El trabajo consistía en realizar compras con tarjetas de crédito clonadas. Ellos se presentaban a un establecimiento comercial y realizaban compras con la tarjeta clonada y, luego, al entregar lo que sea que compraran, les daban una comisión de aproximadamente el 10% del valor de la compra. Era algo rápido, cuestión de minutos y recibían dinero muy fácil. Eso sí, siempre que la tienda no detectara el uso de la tarjeta clonada, lo cual casi que no sucedía, ya que las tarjetas clonadas eran de muy buena calidad.

El asunto es que ese primer paso que dio, la llevó a incursionar en otro tipo de “trabajos”, cada vez más grandes y de mayor riesgo. Hasta que un día finalmente tuvo que salir huyendo del país, porque terminó involucrándose en un homicidio.

Si bien lo antes mencionado es ficción, una película, ¿No te suena a que esto mismo le sucede a muchas personas? Y no me refiero a una situación literal como la de la película, sino a la idea de hacer algo que al principio no parece tener muchas complicaciones, hasta quizás parezca lo correcto en un principio. Pero luego quieres más y más, hasta que finalmente la situación se sale de control.

Por ejemplo, los jóvenes de hoy en su mayoría no esperan al matrimonio para tener relaciones sexuales. Muchos de ellos tienen muchas parejas antes de conocer a la persona correcta, y mantienen relaciones sexuales con esas personas. Al principio te entregaste a la persona que creíste era la persona correcta pero luego resultó que no. Con el tiempo conoces a otra persona y te dices, ¿Qué más da? Después de todo, ya lo hice la primera vez, ¿Qué más da una segunda vez? Si ya perdiste la virginidad, ¿qué sentido tiene guardarse? ¿Suena lógico lo que estoy diciendo?

Una mala decisión casi siempre conlleva otra mala decisión, y quizás después a otra más, hasta que no tan de repente, ese primer paso termina por complicarnos para el resto de nuestras vidas.

Dice la Palabra: “Así que tengan cuidado de su manera de vivir. No vivan como necios, sino como sabios, aprovechando al máximo cada momento oportuno, porque los días son malos” (Efesios 5:15-16).