Fuerzas Para El Que No Tiene NingunaMuestra

Comencé este devocional como en forma de un sermón, la cual compartí con nuestra congregación el domingo antes que me senté a escribirlo. Me encontré en un momento, cargado por una temporada, pero sometido a un debilitante ataque físico, la cual no podía escapar. Les confieso que casi me quedaba en casa y enviaba a mi esposa a predicar. Pero tal parece que Dios tenía otros planes. Y a pesar del malestar, dolor de cuerpo, cabeza, y las pocas horas de descanso debido a este ataque, me levanté, preparé, y manejé hasta la iglesia, anticipando que, hasta el último momento, Dios haría algo y, en el momento que me tocase desambiguar el sermón, me sintiese bien y todo dolor fuera desaparecido.

Desafortunadamente, este no fue el caso. Según pasaba el tiempo, y se acercaba el tiempo de la Palabra, me fui dando cuenta que tal vez Dios tenía intencionado (en sus planes divinos) que yo predicase a través del dolor y la debilidad física la cual sentía. Fue una de las primeras cosas que compartí al introducir el mensaje.

Le comparto esto para que entiendan que hay momentos en la vida, la cual podemos pedirle a Dios SENTIRNOS adecuado, fuertes, educados y calificados, para hacer cualquier tarea que él nos demande. Pero en muchas ocasiones, Su respuesta será el silencio, simplemente para probar nuestra fe. Lo que a mí me atacó fue un virus estomacal, el cual dura aproximadamente de 5 a 7 días. A mí me duro día y medio. Después del mensaje me sentí mejor, pero no del todo. Pero ya para el anochecer sentía que estaba mejorando, y para el día siguiente, ya estaba completamente mejor. ¡A Dios sea la gloria!

Dicho esto, lo que estoy a punto de compartirte, viene de un lugar personal y una vivencia real. Quiero poder expresarte lo que sentí y viví, pero al mismo tiempo compartir lo que Dios me reveló en espíritu y en verdad, acerca de esta Escritura famosa. Así que prepárate para la suma y multiplicación del reino. Declaro que mientras lees, sentirás un renuevo de fuerzas en Cristo Jesús.