¡Comparte el mejor regalo!Muestra

Cierta niña, viéndose colmada de regalos en la mañana de Navidad, exclamó:

— Mamá, ¡cuántos presentes el Señor Jesús hizo que me regalaran! A mí me gustaría… Si pudiera regalarle también uno a Él...

—Pero no es difícil si de verdad lo deseas —le contestó su madre—. Escoge el que quieras regalarle y se lo llevaremos, pues yo sé dónde Él puede ser hallado.

—¿De veras? Pues voy a regalarle la muñequita, porque es el más hermoso; además, yo todavía tengo nueva la que me regalaron en mi cumpleaños.

Madre e hija salieron de la casa y fueron a una pobre morada, donde una niña enferma de tuberculosis recibió el maravilloso regalo. Mientras volvían a casa, la hija de la señora preguntó:

—Pero, mamá, yo quería regalársela a Jesús…

—Espera a que lleguemos a nuestro hogar y verás que así lo has hecho —le contestó su madre.

Cuando se hallaban ya en casa, ella abrió su Biblia y le leyó:

«Y el Rey dirá: “Les digo la verdad, cuando hicieron alguna de estas cosas al más insignificante de estos, mis hermanos, ¡me lo hicieron a mí!”» (Mateo 25:40 NTV).

Es innegable que la Navidad ha sido desvirtuada por muchas personas y que ahora se ha convertido en una época comercial en la que el énfasis queda en los regalos y compras; y olvidamos el verdadero significado de esta celebración. Sin embargo, tampoco se puede negar que muchas familias aprovechan para pasar tiempo juntas y compartir momentos inolvidables. Pero, ¿has pensado en aquellos que tienen menos que tú o que no tienen una familia con la cual compartir?

Nuestra gratitud por el nacimiento de Jesús debe manifestarse en nuestras acciones: ayudando a los necesitados, llevando esperanza y consuelo a quienes lo necesitan; no solo en Navidad, sino constantemente. Nuestras vidas deben ser reflejo del agradecimiento que sentimos por el amor que recibimos de Dios.

¿Conoces a alguien en necesidad? No dejes que pase más tiempo y muéstrale el amor de Dios, es el mejor regalo que puedes dar esta Navidad.