Aprendiendo a alabar en cada temporadaMuestra

Creo que a todos nos ha ocurrido en algún momento de nuestras vidas, que las cosas a nuestro alrededor son maravillosas y que ese “estado ideal” nos impulsa a alabar. Pero también es muy probable que te haya pasado como a mí, y que hayan llegado situaciones que han traído dolor a tu corazón y han golpeado tu fe. En esos momentos, naturalmente no sentimos ilusión para alabar o para proclamar Su grandeza.

Por eso, hoy quiero compartirte el secreto que Dios habló a mi corazón acerca de este tema. Nunca olvidaré cuando tenía 12 años. Fue una época muy difícil porque mi mamá estuvo gravemente enferma, y al mismo tiempo comencé a servir en el grupo de alabanza de mi iglesia. Hubo muchos momentos donde sentía tristeza y dolor de ver a mi mamá sufrir tanto.

Y una vez, teniendo una conversación muy profunda con Dios, me llevó a meditar en este pasaje y recuerdo cómo me dijo: “Pon tu mirada en mí, en la Cruz y no más en tus circunstancias”. Cuando estudias la palabra “puestos” se traduce como “tener la mirada fija en”, pero también como “aprender acerca de”. La clave para que nuestra alabanza sea constante en cada temporada o circunstancia de nuestra vida es cada día mirar a Jesús, y mirar Su ejemplo; el cual derriba cualquier excusa o argumento que creamos. Por ello, te animo. Hoy, levántate; mira a la Cruz y decídete a caminar en alabanza al Rey.