Diferentes pero iguales Muestra

Amistad con propósito

Un amigo te invita a que le acompañes a un restaurante cuyo nombre se escucha muy bien, ¿qué es lo primero que haces? Quizás entras a Instagram a ver qué tipo de comida venden, ves el lugar para saber cómo ir vestido, ves el menú para saber si tienes presupuesto, verificas dónde está ubicado para saber cómo llegar, preguntas a alguien que conozca el lugar sobre sus recomendaciones. Y teniendo esta información, tomas o no la decisión de ir.

Pasa parecido con las relaciones. Antes de entrar al restaurante del noviazgo, ¿qué es lo primero que debes hacer? Buscar la dirección de Dios, interactuar con esa persona sin compromisos, conocer cómo se relaciona, se proyecta, piensa. Con estas y otras informaciones, tomas la decisión o no de entrar en un noviazgo.

Lo peligroso de no vivir la etapa de la amistad con propósito es que entras a una relación sin intenciones ni límites claros. Al entrar en el noviazgo, los sentimientos y emociones ya están comprometidos; es difícil tomar decisiones sin pensar qué sentirá o pensará tu pareja. Tu identidad está en juego, pues es fácil que cedas ante situaciones y cosas para comprobar qué tan robusta o frágil puede llegar a ser la relación.

Y esto me recuerda la historia de Booz y Rut; no dieron rienda suelta a sus emociones, sino que mutuamente se pusieron a prueba para ver cómo reaccionaban ante diversas situaciones. Buscaron consejo, evaluaron sus intenciones y finalmente decidieron entrar en una relación.

¿Cuáles beneficios obtienes al respetar la etapa de amistad con propósito?

1. Identificas las intenciones sin sacrificar las emociones.

2. Cuidas tu corazón y el de la otra persona.

3. Ejercitas el establecimiento de límites.

4. Validas si estás listo y comprometido para sostener una relación.

5. Si eres capaz de esperar la respuesta de Dios en esta etapa, serás capaz de deleitarte en obedecer Su voluntad en las que vendrán.

- Yaury Ortega (@yau_ortega).