REFINADOS POR EL FUEGO: Encendidos para pasar de la comodidad al llamadoMuestra

ENCENDIDOS PARA ELEVAR

La pandemia de 2020 interrumpió la vida y la comodidad de muchos... incluido nosotros. La sensación de normalidad y seguridad fue quebrada por algo invisible. Al igual que el viento, era invisible, pero se sentía de todas manera. Desde mi punto de vista, la pandemia encendió un fuego debajo de muchos de nosotros para empujarnos al lugar al que Dios nos estaba llamando. No nos dimos cuenta de que llegar allí requeriría la destrucción de todos los hábitos y rutinas improductivas que interfieren con nuestro propósito para qué estábamos creado.

Aunque la pandemia ha sido una experiencia dolorosamente difícil para muchos, también ha sido un desencadenante influyente para la maduración y la transformación de algunos. Nos ha recordado la importancia de nuestra devoción a Dios, el amor y la empatía hacia nuestro prójimo. Nos ha mostrado que aunque fue difícil para nosotros atravesarlo, no hay nada demasiado difícil para Dios. Nos obligó a enfrentar nuestros miedos e incertidumbres y a encontrar nuevas formas de adaptarnos y prosperar en circunstancias desafiantes. La Escritura dice que el temor no proviene de Dios, sino el amor, el poder y una mente sana.

Las pruebas y los desafíos a menudo provocan cambios y nos muestran nuestro verdadero yo. Nada se desperdicia cuando experimentamos problemas. Dios lo usa todo para producir resistencia, madurez espiritual y plenitud dentro de nosotros. Durante el calor de las dificultades, nos despertamos... más conscientes del exceso no esencial que nos agobia, impidiéndonos elevarnos a nuestra asignación del Reino. La chispa enciende un fuego que nos empuja fuera de nuestras zonas de confort hacia nuestro destino asignado... diseñado.

¿Estás confrontando una prueba que parece demasiado pesada para soportar? Confía en la mano providencial de tu Padre Celestial. Él sabe cómo trabajar cada percance o paso en falso para el bien de aquellos que le aman y son llamados según Su propósito, no el nuestro.