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¿Cuestión De Suerte?Muestra

¿Cuestión De Suerte?

DÍA 1 DE 5




¿Gente “con suerte”?

Existe la idea generalizada de que hay personas con suerte y otras que no la tienen, simplemente. Es lo más habitual y diera la sensación de que lo que la gente se imagina cuando habla de estas cosas es una especie de “bombo gigante” cual lotería y alguna clase de mano invisible e impersonal que reparte de manera azarosa sobre unos y otros, sin que nadie tenga nada que aportar al respecto. “O te toca, o no te toca”, podríamos decir. Puro determinismo, cero responsabilidades.

Sin embargo, ¿es esto cierto? ¿O es uno de tantos intentos de invisibilizar la mano consciente y absolutamente personal que gobierna el Universo? ¿Puede compensarnos ese enfoque absurdo con tal de no aceptar la realidad de un Dios que nos ama y lo hace bien?

El concepto de suerte se usa frecuentemente para explicar un mundo en el que no nos interesa en absoluto reconocer a Dios. Con ella uno no tiene que dialogar, exponerse, rendir cuentas, ni mantener una relación personal que responda a la iniciativa de acercamiento recibida. Con Dios en la ecuación, sin embargo, todo eso se convierte en imperativo, y molesta. De manera que la idea de “suerte” se convierte en un interesante comodín para muchas personas, algo conveniente que nos mantiene al margen, como está de moda en el tiempo presente, de cualquier clase de incomodidad en las relaciones, máxime si de quien se trata es de quien gobierna.

La cuestión es que, aunque nos cueste creerlo como gente posmoderna, empeñarse en que algo es de una manera y no de otra no cambia nada. No somos omnipotentes, aunque queramos. Si Dios es Dios y, como dice el salmo que nos ocupa, Él sustenta nuestra suerte, no hay nadie que pierda más que nosotros al ignorar la realidad de que es Dios, y no otro, de quien depende todo. Incluso la acción del mal sobre nosotros está limitada por su mano. Separados de Él, como decía Jesús, nada podemos hacer. “No hay para mí bien fuera de ti”, dice el salmista en otras palabras (v.1).

David no se tarda en hacer su declaración en cuanto a estos asuntos, como ves en los primeros versículos. Todo lo que vendrá después estará marcado por esa primera declaración: “En ti he confiado”. Ese es el garante del cuidado de Dios, de cómo nos irán las cosas, de nuestra plenitud de vida, del gozo de nuestra alma.

Día 2

Acerca de este Plan

¿Cuestión De Suerte?

Usado a menudo para explicar precisamente aquello a cuyo Autor queremos eliminar, el concepto de suerte tiene para el cristiano un significado completamente diferente que el que el mundo alrededor le da. Identifica algun...

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Nos gustaría agradecer a Lidia Martín por proporcionar este plan. Para obtener más información, visite: https://www.lidiamartin.com/

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