Una mamá descansada.Muestra

Lo más “normal” es ver y escuchar acerca del agotamiento maternal. Y ni que decir de esos momentos en los cuáles experimentas en carne propia.

El primer mes de vida viene con una dosis inexplicable de amor y de cansancio. Son la combinación perfecta para aprender a descansar en Dios.

Cuando el cansancio físico nos consuma, y las emociones nos quieran controlar podemos encontrar el descanso que anhela y desea nuestra alma en Jesús.

Aún cuando parezca que no logras descansar lo que tu cuerpo necesita, aún cuando tus hijos ya hayan crecido y sientas que están tomando decisiones incorrectas Dios quiere darte descanso.

Descanso para el alma y paz para la mente. No es una receta mental que actúa mágicamente, es la obra poderosa de Cristo en tu mente y corazón.

Descanso para vivir un día a la vez, descanso para entregar tus fallas y temores del presente, descanso para vivir una maternidad libre de preocupaciones y llena de oraciones.

Meditación:

“Sí el Señor me ofrece descanso cuando nada ni nadie más me puede dar, yo decido confiar en El y recibir su paz”.