[Cantar de los cantares] Como imanesMuestra

¿Qué impulsa a tu corazón?

Nuestra cultura promueve el egocentrismo, el cuidado de uno mismo y el amor propio como lo que realmente importa en la vida. Todo tiene que girar en torno a mí, mi felicidad, mis emociones, mi tiempo, lo que quiero, lo que necesito... Ahora bien, ¿dónde está Dios en todo esto? ¿Dónde está mi cónyuge, mi familia, mi vecino, mi compañero de trabajo, mis amigos? La Biblia dice que habrá un tiempo en que la gente será amante de sí misma en lugar de ser amante de Dios; se nos ordena que nos mantengamos alejados de tales personas.

Si eres soltero y buscas a la persona con la que te casarás, pregúntate: «¿Esta persona tiene corazón de siervo o está absorta en sí misma?». Los casados, pregúntense: «¿Tengo corazón de siervo o estoy absorto en mí mismo?». Si están casados, ¿todo gira en torno a ustedes? ¿Se han convertido los dos en uno o se han pasado el matrimonio discutiendo sobre en cuál de los dos se han convertido? Sé que, en mi matrimonio, muchas veces todo giraba en torno a mí, y eso no terminaba bien. El matrimonio va a consumir tu esencia o vas a tener muchos problemas por estar absorto en ti mismo. El matrimonio no es 50% y 50% llegando a hacer 100%; el matrimonio es 100% y 100% llegando a hacer un nuevo 100%.

En el Cantar de los Cantares, la novia no está absorta en sí misma. Pone a los demás antes que a sí misma, trabajando en el campo por su familia. Cuando se trata de amor, debemos aprender a anteponer a nuestra familia, sobre todo cuando tenemos hijos. La novia también tiene una gran ética de trabajo. En la Biblia, muchas mujeres tenían una gran ética del trabajo. Raquel y Séfora cuidaban ovejas; Rut espigaba los campos. La mujer de Proverbios 31 trabaja desde primera hora de la mañana hasta bien entrada la noche.

Hombres, cásense con una mujer valiente, una mujer que sepa trabajar, servir y dar prioridad a la familia. Será una bendición para ti. Lo mismo vale para las mujeres: cásense con un hombre seguro, que sepa trabajar, servir y anteponer la familia que a sí mismo. Padres, también debemos enseñar esto a nuestros hijos. Pueden recibir demasiadas cosas de nosotros, volverse egocéntricos y acarrear esto a la edad adulta.

Convirtámonos en personas con corazón de siervo, en cónyuges y padres con corazón de siervo. Aprendamos y modelemos una vida de servicio, amor a Dios y a nuestros seres queridos.