¿Estancado?Muestra

MENOR TAMAÑO, MAYOR IMPORTANCIA

La última parte de nuestro versículo base dice: “Refuerza tus estacas”. Y quiero preguntarte: ¿Dónde se ponen las estacas en una tienda y cómo se ven?

Claramente, las ponemos en la tierra y quedan en lo secreto. Y este es el tema del que vamos a hablar, porque muchas veces como cristianos preferimos aparentar que estamos bien y que tal vez en la iglesia piensen que somos los más santos.
Pero la pregunta es: ¿Le damos verdadera importancia a lo secreto?

En Mateo 6:6 vemos que el mismo Jesús habló de la importancia de la oración, pero me gusta mucho que también resalta la importancia de lo secreto, porque allá en dónde nadie te ve es donde se viven las verdaderas batallas. No seas como los hipócritas y convierte tu vida en una realidad.

Ahora quiero que pensemos en el siguiente escenario:

Tienes tu carpa y estás armándola, pones la estaca, le das un solo golpe y listo, crees estar preparado para todo lo que venga y al momento ves que se está cayendo de un lado la carpa. Pero, no haces nada y a la semana vuelves y le das un solo golpe a la estaca y vuelves a meterte adentro.
¿Cómo va a terminar tu carpa? SE VA A CAER.

Y algo así somos con Dios, estamos en intimidad con Él un rato de 5 minutos, nos vamos y volvemos en una semana. Tomamos otros 5 minutos y creemos que es suficiente para vivir nuestra vida aun viendo como la tienda se nos está cayendo.

Entonces, ¿cómo debo llevar mi vida de intimidad con Dios?
Quiero solo leerte un pasaje y es el siguiente:

Nunca se apartará de tu boca este libro de la ley, sino que de día y de noche meditarás en él, para que guardes y hagas conforme a todo lo que en él está escrito; porque entonces harás prosperar tu camino, y todo te saldrá bien.
Josué 1:8

Realmente para fortalecer nuestra vida de intimidad es necesario vencer el pecado y arrebatar la vida eterna. El enemigo no va a querer dejar de golpearte, él sigue queriendo dañar tu tienda, pero la única manera de reforzar tus estacas es venciendo el pecado de tu vida día tras día, meditando de día y de noche en su Palabra. Y la parte esencial, actuando conforme a lo que Dios dejó escrito.