Soltar, dejar libres

Pablo explica en su epístola a los Romanos que al obedecer de corazón el mensaje del evangelio, fuimos liberados del pecado y ya no tenemos que seguir esclavizados a nuestras prácticas pecaminosas. Nuestros cuerpos deben ser presentados como ofrenda a Dios. Nuestra libertad ha sido comprada por la muerte y resurrección de Jesucristo; nuestra responsabilidad es vivir de manera santa y de servicio a Dios.

El mensaje de Isaías 58 se asemeja a la idea de Pablo, ya que insta a vivir como libres para servirnos los unos a los otros. Se nos pide desatar las ligaduras de la impiedad, soltar los yugos que oprimen a los demás y romper toda opresión. Debemos buscar la libertad del pecado, de las ideologías, de las prácticas antibíblicas y de la injusticia. Es importante testificar esta libertad y santidad a quienes nos rodean, así como dentro de nuestra comunidad cívica.

Como padres, madres, hijos, hermanos, tenemos la responsabilidad de compartir el evangelio de Jesucristo, trayendo libertad a los que aún son esclavos del pecado, de esta manera transformaremos a nuestra nación.

Guía a la oración: Señor, ayúdanos a perdonar y soltar rencores, resentimientos y venganzas. Muévenos a amarnos los unos a los otros, porque tu Ley se cumple en amar a nuestro prójimo como a nosotros mismos...(continúa la oración)