Pescadores de hombresMuestra

Una piedra eficaz

Jesús llama a cuatro pescadores a seguirlo y les promete que los convertiría en pescadores de hombres. Ellos al instante dejan todo y lo siguen. Sin embargo, tal parece que no fue su primer encuentro con Cristo.

En el pasaje de hoy vemos que Juan el Bautista les dice a sus discípulos que Jesús es el Cordero de Dios. Dos de ellos lo siguen y pasan todo el día con el Señor. Al día siguiente uno de ellos (Andrés) busca a su hermano (Simón) y le dice que han encontrado al Mesías.

Andrés presenta a Jesús con Simón, y Jesús le cambia el nombre por el de Pedro.

Pedro significa ‘piedra’ o ‘roca’. Mientras que Simón proviene de la raíz hebrea para ‘escuchar’. En un momento, Jesús transforma a Pedro de alguien que solo escucha, en alguien de peso para Su Reino.

Muchos de nosotros estamos en el momento de nuestra relación con Cristo en el que, en general, no hacemos nada más que escuchar. Pero eso está a punto de cambiar.

En la época de Jesús y Sus discípulos ya había varios métodos bien establecidos para pescar. Se podía lanzar un anzuelo con carnada. Se podía lanzar una red de arrastre a la profundidad necesaria. O podían utilizar una red que se cerraba al tirar de una cuerda.

En todos estos métodos es necesario utilizar un peso. La red necesita ese peso para abrirse por completo al ser lanzada por el aire, al igual que para bajar dentro del agua y sostenerse en la posición y profundidad que el pescador necesita.

Ese peso para la red lo solían suplir con piedras. Jesús le cambia el nombre a Pedro para que ya no sea de los que solo escuchan, sino que sea de los que le dan peso al anzuelo o a la red para que se abra, descienda y encierre una gran cantidad de peces.

El Señor te puede hacer una pieza fundamental en Su obra hoy, si así lo deseas. Le hacen falta un par de piedras a Su red. ¿Estás dispuesto a ser lanzado por el aire y descender a lo profundo para encerrar gran cantidad de peces?

Señor, no quiero ser más un espectador pasivo o un oidor olvidadizo. Méteme en tu red. Escógeme como una de tus piedras que darán el peso y la profundidad que tú necesitas. Aquí estoy.