Hermanos De SangreMuestra

El poder de ignorar la tentación

En el Día 2 de este estudio, hablamos sobre cómo el corazón equivocado llevó a la desilusión después de que Caín comparara su ofrenda con la ofrenda de Abel. No estaba enfocado en agradar a Dios, sino en sí mismo. El corazón equivocado lo condujo a motivos equivocados y se enojó. Recuerda: no es malo estar enojado; ¡Es malo pecar estando enojado! Su ira se apoderó de él, por lo que Dios le dio una advertencia:

“Entonces el Señor le dijo: ¿Por qué estás tan enojado? ¿Por qué andas cabizbajo? Si hicieras lo bueno, podrías andar con la frente en alto. Pero, si haces lo malo, el pecado te acecha, como una fiera lista para atraparte. No obstante, tú puedes dominarlo” (Génesis 4:6-7 NVI).

Cada vez que leo que el pecado te acecha, como una fiera lista para atraparte, me imagino a un león hambriento listo para devorar su presa. Imagina que te volteas ahora mismo y ves un león detrás de ti, ¿cómo responderías? Tan serio y aterrador como sería, no es nada comparado con el peligro del pecado en tu corazón.

Caín estaba enojado porque tenía el corazón equivocado, lo que lo llevó a motivos equivocados. ¿A qué conducen los motivos equivocados? Continuemos la historia:

“Caín habló con su hermano Abel. Mientras estaban en el campo, Caín atacó a su hermano y lo mató. El Señor le preguntó a Caín:¿Dónde está tu hermano Abel? No lo sé respondió. ¿Acaso soy yo el que debe cuidar a mi hermano?” (Génesis 4:8-9 NVI).

¡Ni siquiera puedo imaginarme diciéndoles eso a mis propios padres, y mucho menos a Dios mismo! Ese es el poder de ignorar la tentación; la ira no solo se arraiga profundamente en tu corazón; ¡pero mira lo que los motivos equivocados lo llevaron a hacer! Los motivos equivocados conducen a las acciones equivocadas. ¡Caín estaba muerto por dentro a causa de sus acciones, y su hermano yacía en el suelo sin vida! ¿Ves el poder de la ira? Todo empezó con un corazón egoísta “inofensivo”.

No ignores la tentación. En cambio, reconócela por lo que es; como un león hambriento a punto de devorarte. ¿Qué devora? Tu alegría, tus pensamientos, tu paz, tu esperanza. Mata todo eso y mucho más. No hay lugar para eso en tu corazón. Si estás enojado, llévalo ante Dios. Abel trajo las mejores porciones de los primogénitos de su rebaño (lo mejor que puede dar un pastor). Ahora piensa en esto: lo mejor que puedes darle a Dios es entregarle tus luchas más profundas y dejar que Él transforme tu corazón. ¡No ignores la tentación! Lleva cautivo todo pensamiento, incluso todo pensamiento que nos hace enojar, y haz que esos pensamientos obedezcan a Cristo.

Oración: Querido Señor, mientras leo esto, me has mostrado algunas áreas de mi vida en las que necesito cambiar el curso de mis pensamientos. Sé que, si voy por el camino equivocado, me devorarán. Entonces, Señor, te pido que me llenes con tu bondad y amor, y quites la ira de mi interior. Te lo entrego ahora mismo. En el nombre de Jesús, amén.