LÓGRALO: en tus rutinas, amistades y relacionesMuestra

Un buen momento para elegir bien

Frecuentemente buscamos un culpable de nuestra situación actual y hacemos referencia a la voluntad de Dios como si dependiéramos de ella.

Todos hemos escuchado la muletilla "si Dios quiere" en ocasiones en las cuales la voluntad divina no tiene injerencia alguna, pues los resultados obedecen exclusivamente a nuestra decisión individual.

Pero aunque se trate de una expresión dicha como al pasar, nunca terminamos de advertir cuánta influencia tiene sobre nuestro carácter el hecho de delegar responsabilidades.

Dios desea que tengamos dominio sobre nuestra propia vida.

Los textos antiguos nos exhortan a observar la vida desde su perspectiva. Él ha dicho:

Mira, yo he puesto delante de ti hoy la vida y el bien, la muerte y el mal. A los cielos y la tierra llamo por testigos hoy contra vosotros, que os he puesto delante la vida y la muerte, la bendición y la maldición. Escoge, pues, la vida, para que vivas tú y tu descendencia.

Como es evidente, no dice "Yo te ordeno que tengas vida", sino "Escoge, pues, la vida".

El deseo de Dios es un deseo de vida, no de muerte, ni de enfermedad, ni de destrucción. Esos son, en cambio, los deseos del ladrón. El deseo de Dios para nuestra vida y el propósito de la venida de Jesucristo es que tengamos vida y vida en abundancia y también para nuestros seres queridos.

El deseo es que vivamos vidas en abundancia, pero es nuestra decisión.

En todo momento estamos decidiendo, aunque no lo parezca.

Cada pensamiento, cada acto de nuestra vida es una opción, aun cuando repetimos los pensamientos de otros o cuando preferimos no pensar en nada, estamos decidiendo, estamos eligiendo. Dios no puede decidir por nosotros.

Como mucho nos sugiere a través de sus obras o por medio de su Palabra. Su preferencia es la vida. Pero en última instancia, tú eres quien elige. El que decide es uno, no Dios. Para eso Él nos creó con libertad de elegir. Pero si no elegimos algo o alguien, lo hará por nosotros. Y ese algo o alguien no es Dios.

Así que elige y deja de preguntarte y decirte si Dios quiere.

Estoy convencido que puedes lograr lo extraordinario. Así que LÓGRALO.

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