LO QUE CREEMOS: Justificados por fe, no por obras

“…Nadie es justificado por las obras que demanda la ley, sino por la fe en Jesucristo…” (Gálatas 2:16).

“Justificación” es una palabra importante en la carta de Pablo a los gálatas. Y no solo eso, sino que es una palabra importante para la vida de cada cristiano — sepan o no qué significa exactamente.

El concepto es complejo y no es sencillo de explicar. Sin embargo, podemos, por lo menos, decir 3 cosas al respecto:

Primera: El entendimiento de Pablo de “justificación” está cimentado en el concepto del antiguo testamento de “tzedek” o “rectitud”. Específicamente, la justificación es un reconocimiento legal de que alguien es “justo” o “recto”. En otras palabras, cuando un juez en la corte dicta que una persona tiene el derecho.

Segunda: “rectitud” o “justicia” no se trata solamente sobre ética (o sea, el comportamiento que caracteriza lo que está bien y es correcto). Más que eso, se trata de la compostura del orden correcto que Dios estableció en la creación. Por lo tanto, esta rectitud se trata de vivir en el estándar que Dios le dio a la creación, más que hacer buenas obras y evitar las malas obras.

Tercera, y la más sorprendente : Pablo explica que alguien completó el estándar de Dios y se ha declarado “justo” o “recto" por poner su fe en Jesús y no por las obras de la ley. A Pablo le encanta usar a Abraham como ejemplo de ello: antes de que la ley fuera instituida, Dios declaró a Abraham “justo”. Y no fue debido a ninguna buena obra, sino debido a su fe en la promesa de Dios que, finalmente, se cumpliría en Jesús.

Ser justificado, ser declarado “justo” delante de los ojos de Dios, solo viene a través de la fe en su Hijo. ¿Qué o a quién buscas para tu justificación?