Oremos JuntosMuestra

Oremos juntos

Rendido ante tu trono, Padre Amado; clamo por tu sabiduría y por la revelación de tu voluntad en estos tiempos de crisis. Permíteme en la quietud de tu presencia comprender los tiempos que estoy enfrentando y los propósitos que hay detrás de cada prueba.

Hazme sensible a tu voz para que mi espíritu se vivifique cada vez que escuche tu Palabra, abre mi entendimiento para encontrar en lo oculto de tus misterios, la libertad y la paz que provees al revelarme tu verdad. Es lo que más necesito en estos momentos; es la provisión que saciará el hambre y la sed que tengo, confiando en que el resto será proveído en tus tiempos, acorde al propósito de glorificación que has propiciado para manifestarte ante mis ojos y ante los ojos de quienes me rodean. Confío en que Tú estás a cargo, confío en que proveerás y de maneras que ni siquiera puedo alcanzar a imaginar.

Guía mis pasos y abre mis ojos, para ver claramente a Jesús en el trayecto de este valle sombrío; que sea su Luz la que guíe la senda por la que quieres que camine para avanzar hacia tus planes. Abre mis ojos para que enfoncado en Él, no haga caso alguno a los distractores que traen consigo la intensión de desanimarme y apagar mi fe. Renuncio a todo lo que no viene de ti, a todo lo que pretende robarme la dicha de la plenitud que encuentro en el cumplimiento de tus propósitos, porque tengo la certeza de que los planes que tienes para mí son mejores que los míos y son tus planes los que confío se están cumpliendo. No es fácil, la espera duele; pasar por este valle de sombra no es nada agradable, pero por tu gracia, conservo la fe en que pronto quedará atrás.

Solo por tu gracia podré mantener mi mirada enfocada en Jesús, así voy a estar seguro y confiado en que este sufrimiento, es pasajero; en que todo lo que estoy viviendo, hace parte de la victoria que me estás permitiendo forjar en Él, en el poder de tu Espíritu. Mientras su Luz resplandezca sobre mi rostro a pesar de la oscuridad que trae la prueba, no temeré, porque en Él están seguras para mí tus promesas. Amén.

Sigamos en intimidad con nuestro Padre, sigamos clamando ante su trono; disfrútemos de su amor, deleitémonos en su verdad.